² No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.^{(A) 3} Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.

¹⁶ Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

³⁵ Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; ³⁶ estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. ³⁷ Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ³⁸ ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?

¹⁰ Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

¹³ compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

¹⁴ Bendecid a los que os persiguen;^(A) bendecid, y no maldigáis. ¹⁵ Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

⁹ Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.

³⁵ Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. ³⁶ Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.