² Ministrando estos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.»

¹⁰ Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios, ¹¹ porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

³⁰ Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

⁷ y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.