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Viene el día en que todos sus cautivos se burlarán de ellos, diciendo: “¡Ladrones! ¡Pobre Babilonia, ya no podrá seguir haciéndose rica con los bienes ajenos! ¡Por fin dejarás de robar y de acumular tantas riquezas!”.

»De repente, aquellos a quienes oprimiste se levantarán contra ti. Se vengarán de ti y te quitarán todos tus bienes. ¡Te pagarán con tu misma moneda! Así como tú robaste a muchas naciones, habrá naciones que te robarán a ti. De esa manera pagarás por toda tu violencia, por todos los crímenes que cometiste en las ciudades del país.

»¡Pobre de ti, Babilonia! Te hiciste rica con los bienes de otros y pensaste que ningún mal te alcanzaría por haber puesto tu residencia en zona muy alta y bien protegida. 10 Por los homicidios cometidos, has llenado de vergüenza a tu nación. Al destruir a muchas naciones te buscaste tu propio mal, cavaste tu propia tumba. 11 Ahora la venganza la tienes en tu propia casa. Las piedras de tus casas claman contra ti, y las vigas del techo les hacen eco.

12 »¡Pobre de ti, que edificas ciudades y pueblos con dinero obtenido por medio del asesinato y el robo y que la única ley que tienes es la de la violencia! 13 ¿No ha decretado el Señor Todopoderoso que las ganancias de la nación impía se conviertan en cenizas en sus manos? De modo que de nada te servirá haber acumulado tanto. 14 Viene el día en que la tierra será llena del conocimiento de la fama del Señor, así como las aguas cubren los mares.

15 »¡Pobre de ti, Babilonia, que haces que las naciones vecinas caigan y se tambaleen como borrachos bajo tus golpes, para luego burlarte de ellas al verlas humilladas! 16 Dentro de poco tu propia grandeza será transformada en vergüenza. ¡También tú caerás y serás humillada! ¡El Señor desatará sobre ti su juicio! 17 Cortaste los bosques del Líbano; ahora tú serás cortada. Fuiste el terror de los animales que cayeron en tus trampas; ahora el terror te alcanzará a ti, debido a la violencia con que trataste a nuestro país y a nuestras ciudades.

18 »¿Qué provecho hay en rendir homenaje a los ídolos hechos por los artesanos? ¡Qué gran mentira es decir que ellos pueden ayudar! ¡Qué tonta fuiste al confiar en lo que tú misma habías hecho con tus manos! 19 ¡Pobre de ti, Babilonia, que le dices a tus ídolos muertos que te salven! ¡Pobre de ti, que le pides a la piedra muerta que te diga lo que has de hacer! ¿Acaso crees que las imágenes de madera pueden hablar? Aunque están recargadas de oro y plata, no tienen vida.

20 »En cambio, el Señor está en su santo templo, ¡guarden silencio respetuoso delante de él los habitantes de toda la tierra!».

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Ayes contra los injustos

¿No han de levantar todos estos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda tras prenda? ¿No se levantarán de repente tus deudores, y se despertarán los que te harán temblar, y serás despojo para ellos? Por cuanto tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de la sangre de los hombres, y de los robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que habitan en ellas.

¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal! 10 Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida. 11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.

12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad! 13 ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en vano. 14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.(A)

15 ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez! 16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria. 17 Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras te quebrantará, a causa de la sangre de los hombres, y del robo de la tierra, de las ciudades y de todos los que en ellas habitaban.

18 ¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo?, ¿la estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra? 19 ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él.

20 Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.

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