Me mantendré en mi guardia,
    me ubicaré sobre la muralla;
estaré pendiente de lo que me diga,
    de su respuesta a mi queja.

La respuesta del Señor

Y el Señor me respondió:

«Escribe la visión
    y grábala claramente en las tablillas,
    para que se lea de corrido.[a]
Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;
    marcha hacia su cumplimiento
    y no dejará de cumplirse.
Aunque parezca tardar, espérala;
    porque sin falta vendrá.

»El insolente no tiene el alma recta,
    pero el justo vivirá por su fe.
Además, el vino es traicionero;
    por eso el soberbio no permanecerá.
Pues ensancha su garganta como el sepulcro,[b]
    y es insaciable como la muerte.
Reúne en torno suyo a todas las naciones
    y toma cautivos a todos los pueblos.
Y estos lo harán objeto de burla
    en sus sátiras y adivinanzas.
¡Ay del que se hace rico con lo ajeno
    y acumula prendas empeñadas!
    ¿Hasta cuándo seguirá con esta práctica?
¿No se levantarán de repente tus acreedores?
    ¿No se despertarán para hacerte temblar?
    Entonces te convertirás en su víctima.
Son tantas las naciones que has saqueado
    que los pueblos que se salven te saquearán a ti;
porque es mucha la sangre que has derramado
    y mucha tu violencia contra estas tierras,
    contra esta ciudad y sus habitantes.

»¡Ay del que llena su casa de ganancias injustas
    en un intento por salvar su nido
    y escapar de las garras del infortunio!
10 Son tus maquinaciones la vergüenza de tu casa:
    exterminaste a muchas naciones,
    pero causaste tu propia desgracia.
11 Por eso hasta las piedras del muro claman
    y resuenan las vigas del enmaderado.

12 »¡Ay del que construye una ciudad con sangre
    y establece un poblado con maldad!
13 ¿Acaso no ha determinado el Señor de los Ejércitos
    que el trabajo de los pueblos sea solo leña para el fuego
    y las naciones se fatiguen por nada?
14 Porque se llenará la tierra con el conocimiento de la gloria del Señor
    así como las aguas cubren los mares.

15 »¡Ay de ti, que emborrachas a tu prójimo,
    que derramas tu veneno hasta embriagarlo[c]
    para contemplar su cuerpo desnudo!
16 Con esto te has cubierto de deshonra y no de gloria.
    ¡Pues bebe tú también y muestra tu desnudez!
¡Que se vuelque sobre ti la copa de la diestra del Señor
    y una desgracia superará tu gloria!
17 ¡Que te alcance la violencia que cometiste contra el Líbano!
    ¡Que te abata la destrucción que hiciste de los animales!
¡Porque es mucha la sangre que has derramado
    y mucha tu violencia contra la tierra,
    contra ciudades y todos sus habitantes!

18 »¿De qué sirve una imagen,
    si quien la esculpe es un artesano?
¿De qué sirve una imagen fundida,
    si tan solo enseña mentiras?
El artesano que hace ídolos que no pueden hablar
    solo está confiando en su propio artificio.
19 ¡Ay del que dice al madero: “Despierta”,
    y a la piedra muda: “Levántate”!
Aunque están recubiertos de oro y plata,
    nada pueden enseñarle,
    pues carecen de aliento de vida.

20 »En cambio, el Señor está en su santo templo.
    ¡Guarde toda la tierra silencio en su presencia!».

La oración de Habacuc

Oración del profeta Habacuc. Según sigionot.[d]

Señor, he sabido de tu fama;
    tiemblo delante de tus obras, Señor.
Repítelas en nuestros días,
    dalas a conocer en nuestro tiempo;
    en tu ira, ten presente tu misericordia.

Dios viene desde Temán;
    el Santo, desde el monte de Parán. Selah
Su gloria cubre el cielo
    y su alabanza llena la tierra.
Su resplandor es como el sol;
    rayos brotan de sus manos;
    su poder se esconde en sus manos.
Una plaga mortal lo precede
    y una epidemia sigue sus pasos.
Se detiene y la tierra se estremece;
    lanza una mirada y las naciones tiemblan.
Se desmoronan las antiguas montañas
    y se desploman las viejas colinas,
    pero sus caminos son eternos.
He visto afligidos los campamentos de Cusán,
    y angustiadas las moradas de Madián.

¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos?
    ¿Estuviste airado contra las corrientes?
¿Tan enfurecido estabas contra el mar
    que cabalgaste en tus caballos
    y montaste en tus carros victoriosos?
Descubriste tu arco,
    llenaste de flechas tu aljaba.[e] Selah
Tus ríos dividen la tierra;
10     las montañas te ven y se retuercen.
Pasan los torrentes de agua;
    el abismo ruge y levanta sus olas en lo alto.

11 El sol y la luna se detienen en el cielo
    por el fulgor de tus veloces flechas,
    por el deslumbrante brillo de tu lanza.
12 Indignado, marchas sobre la tierra;
    en tu ira aplastas las naciones.
13 Saliste a liberar a tu pueblo,
    saliste a salvar a tu ungido.
Aplastaste al rey de la perversa dinastía,
    ¡lo desnudaste de pies a cabeza! Selah
14 Con su propia lanza atravesaste la cabeza de sus guerreros
    que enfurecidos querían dispersarnos,
que con placer arrogante se lanzaron
    como quien devora en secreto a un pobre.[f]
15 Pisoteaste el mar con tus corceles
    que agitaban las inmensas aguas.

16 Al oírlo, se estremecieron mis entrañas;
    a su voz, me temblaron los labios;
la debilidad entró en los huesos
    y se me aflojaron las piernas.
Pero yo espero con paciencia el día en que la calamidad
    vendrá sobre la nación que nos invade.
17 Aunque la higuera no florezca
    ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del olivo
    y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el redil no haya ovejas
    ni vaca alguna en los establos;
18 aun así, yo me regocijaré en el Señor.
    ¡Me alegraré en el Dios de mi salvación!

19 El Señor y Dios es mi fuerza;
    da a mis pies la ligereza de una gacela
    y me hace caminar por las alturas.

Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda.

Esta es la palabra del Señor que vino a Sofonías, hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, durante el reinado de Josías, hijo de Amón, rey de Judá:

Advertencia sobre la destrucción venidera

«Arrasaré por completo
    cuanto hay sobre la faz de la tierra»,
    afirma el Señor.
«Arrasaré con hombres y animales,
    con las aves del cielo,
    con los peces del mar
    y con los ídolos que hacen caer a los malvados.[g]

»Destruiré a toda la humanidad
    de sobre la faz de la tierra»,
    afirma el Señor.

Juicio contra Judá

«Extenderé mi mano contra Judá
    y contra todos los habitantes de Jerusalén.
Exterminaré de este lugar todo rastro de Baal
    y hasta el nombre de sus sacerdotes idólatras;
a los que en las azoteas se postran en adoración
    ante al ejército del cielo;
a los que, postrados en adoración,
    juran lealtad al Señor
    y al mismo tiempo a Moloc;[h]
a los que se apartan del Señor
    y no lo buscan ni lo consultan.

»¡Silencio ante el Señor y Dios,
    porque cercano está el día del Señor;
ha preparado el Señor un sacrificio
    y ha consagrado a sus invitados!

»En el día del sacrificio del Señor
    castigaré a los oficiales y los hijos del rey,
    y a cuantos se visten según modas extrañas.
En aquel día castigaré
    a cuantos evitan pisar el umbral,[i]
a los que llenan de violencia y engaño
    la casa de sus dioses.[j]

10 »Aquel día se oirán gritos de auxilio,
    desde la puerta del Pescado,
    quejidos desde el Barrio Nuevo,
    y gran quebranto desde las colinas»,
    afirma el Señor.
11 «¡Giman, habitantes del Barrio del Mercado![k]
    Aniquilados serán todos sus mercaderes,
    exterminados cuantos comercian con plata.
12 En aquel tiempo registraré Jerusalén con lámparas
    para castigar a los que reposan tranquilos
    como vino en su sedimento,
a los que piensan: “El Señor no va a hacer nada,
    ni para bien ni para mal”.
13 En botín se convertirán sus riquezas;
    sus casas quedarán en ruinas:
“Edificarán casas,
    pero no las habitarán;
plantarán viñas,
    pero del vino no beberán”.

El gran día del Señor

14 »Ya se acerca el gran día del Señor;
    a toda prisa se acerca.
El clamor del día del Señor será amargo
    y aun el más valiente gritará.
15 Día de ira será aquel día,
    día de aflicción y angustia,
        día de ruina y destrucción,
    día de tinieblas y penumbra,
        día de niebla y densa oscuridad,
16     día de trompeta y grito de batalla
contra las ciudades fortificadas,
    contra las torres altas.

17 »Traeré tal angustia a todo el pueblo
    que andarán como ciegos,
    porque pecaron contra el Señor.
Su sangre será derramada como polvo
    y sus entrañas como estiércol.
18 No los podrán librar
    ni su plata ni su oro
    en el día de la ira del Señor.

»En el fuego de su celo
    será toda la tierra consumida;
en un instante reducirá a la nada
    a todos los habitantes de la tierra».

Congréguense, sí, congréguense ustedes,[l]
    nación desvergonzada;
antes que se cumpla lo que he determinado
    y el día pase como paja arrastrada por el viento;
antes que caiga sobre ustedes la ira ardiente del Señor;
    antes que venga sobre ustedes el día de la ira del Señor.
Busquen al Señor, todos ustedes,
    los humildes de la tierra,
    los que obedecen sus órdenes.
Busquen la justicia, busquen la humildad;
    tal vez encontrarán refugio
    en el día de la ira del Señor.

Juicio contra los filisteos

Gaza quedará abandonada
    y Ascalón acabará en ruinas.
Asdod será expulsada a plena luz del día
    y Ecrón será desarraigada.
¡Ay de la nación queretea
    que habita a la costa del mar!
La palabra del Señor es contra ti,
    Canaán, tierra de los filisteos:
«Te aniquilaré
    hasta no dejar en ti habitante».
La costa del mar se convertirá en praderas,
    en campos[m] de pastoreo y corrales de ovejas.
Y esa tierra pertenecerá
    al remanente del pueblo de Judá.
Allí pastarán sus ovejas
    y al atardecer se echarán a descansar
    en las casas de Ascalón;
porque los cuidará el Señor su Dios
    para restaurarlos.[n]

Juicio contra Moab y Amón

«He oído las burlas de Moab
    y el menosprecio de los amonitas,
que insultaron a mi pueblo
    y se mostraron arrogantes contra su territorio.
Tan cierto como que yo vivo»,
    afirma el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel,
«Moab vendrá a ser como Sodoma
    y los amonitas como Gomorra:
se volverán campos de espinos y minas de sal,
    ruina perpetua.
El remanente de mi pueblo los saqueará;
    los sobrevivientes de mi nación heredarán su tierra».

10 Este será el pago por su soberbia
    y por insultar y ridiculizar
    al pueblo del Señor de los Ejércitos.
11 El Señor será terrible contra ellos,
    cuando destruya a todos los dioses de la tierra;
y así hasta las naciones más remotas
    se postrarán en adoración ante él,
    cada cual en su propia tierra.

Juicio contra Cus

12 «También ustedes, cusitas,
    serán atravesados por mi espada».

Juicio contra Asiria

13 Él extenderá su mano contra el norte;
    aniquilará a Asiria
y dejará a Nínive en ruinas,
    árida como un desierto.
14 Se tenderán en medio de ella los rebaños
    y toda clase de animales salvajes.
Pasarán la noche sobre sus columnas
    tanto el búho del desierto como la lechuza.[o]
Resonarán por las ventanas sus graznidos,
    habrá asolamiento en los umbrales,
    las vigas de cedro quedarán al descubierto.
15 Esta es la ciudad alegre
    que habitaba segura,
la que se decía a sí misma:
    «Yo y nadie más».
¡Cómo ha quedado convertida en espanto,
    en guarida de fieras!
Todo el que pasa junto a ella
    se mofa y le hace gestos con las manos.

Footnotes

  1. 2:2 para que se lea de corrido. Alt. para que el lector corra con ella para anunciarla.
  2. 2:5 el sepulcro. Lit. el Seol.
  3. 2:15 hasta embriagarlo. Texto de difícil traducción.
  4. 3:1 sigionot. Probablemente un término literario o musical.
  5. 3:9 llenaste de flechas tu aljaba (mss. de LXX); en TM, texto de difícil traducción.
  6. 3:14 Versículo de difícil traducción.
  7. 1:3 caer a los malvados. Texto de difícil traducción.
  8. 1:5 Moloc. Lit. Malcán; es decir, Milcón.
  9. 1:9 evitan pisar el umbral. Alusión a una práctica supersticiosa; véase 1S 5:5.
  10. 1:9 la casa de sus dioses. Alt. el palacio de su señor.
  11. 1:11 Mercado. Alt. Mortero.
  12. 2:1 congréguense ustedes. Texto de difícil traducción.
  13. 2:6 campos. Palabra de difícil traducción.
  14. 2:7 para restaurarlos. Alt. y hará volver a sus cautivos.
  15. 2:14 La identidad de estos animales es incierta. El paralelismo sugiere dos clases de aves, sin embargo, el segundo término hebreo parece referirse a una garza o a un puercoespín.

La caída de Babilonia

18 Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder y la tierra se iluminó con su esplendor. Gritó a gran voz:

«¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia!
    Se ha convertido en morada de demonios
y en guarida de todo espíritu maligno,
    en nido de toda ave impura y de todo animal detestable.
Porque todas las naciones han bebido
    el excitante vino de su adulterio;
los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella
    y los comerciantes de la tierra se enriquecieron
    a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos».

Luego oí otra voz del cielo que decía:

«Salgan de ella, pueblo mío,
    para que no sean cómplices de sus pecados
    ni los alcance ninguna de sus plagas;
pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo
    y de sus injusticias se ha acordado Dios.
Páguenle con la misma moneda;
    denle el doble de lo que ha cometido,
    y en la misma copa en que ella preparó bebida
    mézclenle una doble porción.
En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo
    denle tormento y aflicción;
porque en su corazón se jacta:
    “Estoy sentada como reina;
    no soy viuda ni sufriré jamás”.
Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas:
    pestilencia, aflicción y hambre.
Será consumida por el fuego,
    porque poderoso es el Señor Dios que la juzga».

Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella. 10 Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán:

«¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad,
    Babilonia, ciudad poderosa,
porque en una sola hora ha llegado tu juicio!».

11 Los comerciantes de la tierra llorarán y harán duelo por ella, porque ya no habrá quien compre sus mercaderías: 12 artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; tela de lino fino, color púrpura, telas de seda y color escarlata; toda clase de maderas aromáticas; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol; 13 cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de ovejas; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.

14 Y dirán: «Se ha apartado de ti el fruto que con toda el alma codiciabas. Has perdido todas tus cosas suntuosas y espléndidas, y nunca las recuperarás». 15 Los comerciantes que vendían estas mercaderías y se habían enriquecido a costa de ella se mantendrán a distancia, aterrorizados al ver semejante castigo. Llorarán y harán lamentación:

16 «¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad,
    vestida de tela de lino fino, de color púrpura y escarlata,
    adornada con oro, piedras preciosas y perlas,
17 porque en una sola hora ha quedado destruida toda su riqueza!».

Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos los que viven del mar se detendrán a lo lejos. 18 Al ver el humo del fuego que la consume, exclamarán: «¿Qué otra ciudad podría compararse con esta gran ciudad?». 19 Se echaron polvo en la cabeza, llorando y lamentándose a gritos:

«¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad
    con cuya opulencia se enriquecieron
    todos los dueños de flotas navieras!
¡En una sola hora ha quedado destruida!

20 »¡Alégrate, oh cielo, por lo que le ha sucedido!
    ¡Alégrense también ustedes, creyentes, apóstoles y profetas!,
porque Dios, al juzgarla,
    les ha hecho justicia».

21 Entonces un ángel poderoso levantó una piedra del tamaño de una gran rueda de molino y la arrojó al mar diciendo:

«Así también tú, Babilonia, gran ciudad,
    serás derribada con la misma violencia
    y desaparecerás de la faz de la tierra.
22 Jamás volverá a oírse en ti
    la música de los cantantes
    y de arpas, flautas y trompetas.
Jamás volverá a hallarse en ti
    ningún tipo de artesano.
Jamás volverá a oírse en ti
    el ruido de la rueda de molino.
23 Jamás volverá a brillar en ti
    la luz de ninguna lámpara.
Jamás volverá a sentirse en ti
    la voz del novio y de la novia.
Porque tus comerciantes
    eran los magnates del mundo,
porque con tus hechicerías
    engañaste a todas las naciones,
24 porque en ti se halló sangre de profetas y de creyentes
    y de todos los que han sido asesinados en la tierra».

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