El diluvio

Esta es la historia de Noé.

Noé era un hombre justo e íntegro entre su gente, y anduvo fielmente con Dios. 10 Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet.

11 Pero Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de violencia. 12 Al ver Dios tanta corrupción en la tierra y que la gente había corrompido su conducta, 13 dijo a Noé: «He decidido acabar con toda la gente, pues por su causa la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra. 14 Constrúyete un arca de madera resinosa,[a] hazle compartimentos y cúbrela con brea por dentro y por fuera. 15 Dale las siguientes medidas: trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y treinta de alto.[b] 16 Hazla de tres pisos con una abertura a un codo[c] del techo y con una puerta en uno de sus costados. 17 Porque voy a enviar un diluvio sobre la tierra para destruir a todos los seres vivientes bajo el cielo. Todo lo que existe en la tierra morirá. 18 Pero contigo estableceré mi pacto, y entrarán en el arca tú y tus hijos, tu esposa y tus nueras. 19 Haz que entre en el arca una pareja de todos los seres vivientes, es decir, un macho y una hembra de cada especie, para que sobrevivan contigo. 20 Contigo entrará también una pareja de cada especie de aves, de ganado y de animales que se arrastran por el suelo, para que puedan sobrevivir. 21 Recoge además toda clase de alimento y almacénalo para que a ti y a ellos les sirva de comida».

22 Y Noé hizo todo según lo que Dios había mandado.

El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia porque tú eres el único hombre justo que he encontrado de esta generación. De todos los animales puros, lleva siete machos y siete hembras; pero de los impuros, solo un macho y una hembra. Lleva también siete machos y siete hembras de las aves del cielo, para conservar su especie sobre la tierra. Porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y así borraré de la superficie de la tierra a todo ser viviente que hice».

Noé hizo todo de acuerdo con lo que el Señor había mandado.

Tenía Noé seiscientos años cuando las aguas del diluvio inundaron la tierra. Entonces, para salvarse de las aguas del diluvio, entró en el arca junto con sus hijos, su esposa y sus nueras. De los animales puros e impuros, de las aves y de todos los seres que se arrastran por el suelo, entraron con Noé por parejas, el macho y su hembra, tal como Dios se lo había mandado. 10 Al cabo de los siete días, las aguas del diluvio comenzaron a caer sobre la tierra.

11 Cuando Noé tenía seiscientos años, precisamente en el día diecisiete del mes segundo, se reventaron las fuentes del mar profundo y se abrieron las compuertas del cielo. 12 Cuarenta días y cuarenta noches llovió sobre la tierra.

13 Ese mismo día entraron en el arca Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, su esposa y sus tres nueras. 14 Junto con ellos entró toda clase de animales salvajes y domésticos, de animales que se arrastran por el suelo y de aves. 15 Así entraron en el arca con Noé parejas de todos los seres vivientes; 16 entraron un macho y una hembra de cada especie, tal como Dios se lo había mandado a Noé. Luego el Señor cerró la puerta del arca.

17 El diluvio cayó sobre la tierra durante cuarenta días. Cuando crecieron las aguas, elevaron el arca por encima de la tierra. 18 Las aguas crecían y aumentaban cada vez más, pero el arca se mantenía a flote sobre ellas. 19 Tanto crecieron las aguas, que cubrieron las montañas más altas que hay debajo de los cielos. 20 El nivel del agua subió más de quince codos[d] por encima de las montañas. 21 Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo y todo ser humano. 22 Pereció todo ser que habitaba la tierra seca y tenía aliento de vida. 23 Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Solo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca.

24 Y la tierra quedó inundada ciento cincuenta días.

Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra y las aguas comenzaron a bajar. Se cerraron las fuentes del mar profundo y las compuertas del cielo, y dejó de llover. Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra. Al cabo de ciento cincuenta días las aguas habían disminuido. El día diecisiete del mes séptimo el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat. Las aguas siguieron bajando hasta que el primer día del mes décimo pudieron verse las cimas de las montañas.

Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado a otro a la espera de que se secara la tierra. Luego soltó una paloma para ver si las aguas que cubrían la tierra ya se habían retirado. Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse y volvió al arca porque las aguas aún cubrían la tierra. Noé extendió la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca. 10 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma fuera del arca. 11 Caía la noche cuando la paloma regresó trayendo en su pico una hoja de olivo recién cortada. Así Noé se dio cuenta de que las aguas habían bajado hasta dejar la tierra al descubierto. 12 Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez la paloma ya no regresó.

13 Noé tenía seiscientos un años cuando las aguas se secaron. El primer día del primer mes de ese año, Noé quitó la cubierta del arca y vio que la tierra estaba seca. 14 Para el día veintisiete del segundo mes, la tierra estaba ya completamente seca.

15 Entonces Dios dijo a Noé: 16 «¡Sal del arca junto con tus hijos, tu esposa y tus nueras! 17 Saca también a todos los seres vivientes que están contigo: las aves, el ganado y todos los animales que se arrastran por el suelo. Que sean fecundos y que se multipliquen y llenen la tierra».

18 Salieron, pues, del arca Noé y sus hijos, su esposa y sus nueras. 19 También salieron todos los animales, las criaturas que se mueven en la tierra y las aves. Todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra, cada uno según su especie.

20 Luego Noé construyó un altar[e] al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales y aves puros. 21 Cuando el Señor percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: «Aunque la inclinación del corazón del ser humano es perversa desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.

22 »Mientras la tierra exista,
habrá siembra y cosecha,
frío y calor,
verano e invierno,
días y noches».

El pacto de Dios con Noé

Dios bendijo a Noé y a sus hijos con estas palabras: «¡Sean fructíferos, multiplíquense y llenen la tierra! Todos los animales de la tierra tendrán temor y miedo ante ustedes: las aves, las bestias salvajes, los animales que se arrastran por el suelo y los peces del mar. Todos estarán bajo su dominio. Todo lo que se mueve y tiene vida, al igual que las verduras, les servirá de alimento. Yo les doy todo esto.

»Pero no deberán comer carne con sangre; la sangre es vida. Por cierto, de la sangre de ustedes yo habré de pedirles cuentas. A todos los animales y a todos los seres humanos pediré cuentas de la vida de sus semejantes.

»Si alguien derrama la sangre de un ser humano,
    otro ser humano derramará la suya,
porque el ser humano ha sido creado
    a imagen de Dios mismo.

»En cuanto a ustedes, sean fructíferos y multiplíquense; sí, multiplíquense y llenen la tierra».

Dios habló otra vez a Noé y a sus hijos y dijo: «Yo establezco mi pacto con ustedes, con sus descendientes 10 y con todos los seres vivientes que están con ustedes, es decir, con todos los seres vivientes de la tierra que salieron del arca: las aves, y los animales domésticos y salvajes. 11 Este es mi pacto con ustedes: Nunca más serán exterminados todos los seres vivientes por las aguas de un diluvio; nunca más habrá un diluvio que destruya la tierra».

12 Y Dios añadió: «Esta es la señal del pacto que establezco para siempre con ustedes y con todos los seres vivientes que los acompañan: 13 He colocado mi arcoíris en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra. 14 Cuando yo cubra la tierra de nubes y en ellas aparezca el arcoíris, 15 me acordaré del pacto que he establecido con ustedes y con todos los seres vivientes. Nunca más las aguas se convertirán en un diluvio para destruir a todos los mortales. 16 Cada vez que aparezca el arcoíris entre las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto que establecí para siempre con todos los seres vivientes que hay sobre la tierra».

17 Dios concluyó diciéndole a Noé: «Esta es la señal de mi pacto, que establezco con todos los seres vivientes que hay en la tierra».

Los hijos de Noé

18 Los hijos de Noé que salieron del arca fueron: Sem, Cam y Jafet. Cam fue el padre de Canaán. 19 Estos fueron los tres hijos de Noé que con su descendencia poblaron toda la tierra.

20 Noé se dedicó a cultivar la tierra y plantó una viña. 21 Un día, bebió vino y se embriagó, quedándose desnudo dentro de su tienda de campaña. 22 Cam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y fue a contárselo a sus hermanos que estaban afuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo echaron sobre los hombros y caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como miraban en dirección opuesta, no vieron la desnudez de su padre.

24 Cuando Noé despertó de su borrachera y se enteró de lo que su hijo menor había hecho, 25 declaró:

«¡Maldito sea Canaán!
    Será de sus dos hermanos
    el más bajo de sus esclavos».

26 Y agregó:

«¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem!
    ¡Que Canaán sea su esclavo!
27 ¡Que Dios extienda el territorio de Jafet![f]
    ¡Que habite Jafet en los campamentos de Sem
    y que Canaán sea su esclavo!».

28 Después del diluvio Noé vivió trescientos cincuenta años más, 29 de modo que murió a la edad de novecientos cincuenta años.

Las naciones de la tierra(A)(B)

10 Esta es la lista de los descendientes de Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, quienes después del diluvio tuvieron sus propios hijos.

Los hijos[g] de Jafet:

Gómer, Magog, Maday, Javán, Tubal, Mésec y Tirás.

Hijos de Gómer:

Asquenaz, Rifat y Togarma.

Hijos de Javán:

Elisá, Tarsis, Quitín y Rodanín.[h] Algunos de ellos se esparcieron por las costas. Formaron naciones y clanes en sus respectivos territorios y con sus propios idiomas.

Hijos de Cam:

Cus, Misrayin, Fut y Canaán.

Hijos de Cus:

Seba, Javilá, Sabtá, Ragama y Sabteca.

Hijos de Ragama:

Sabá y Dedán.

Cus fue el padre de Nimrod, conocido como el primer gran guerrero en la tierra, quien llegó a ser un valiente cazador ante el Señor. Por eso se dice: «Como Nimrod, valiente cazador ante el Señor». 10 Las principales ciudades de su reino fueron Babel, Érec, Acad y Calné, en la región de Sinar.[i] 11 Desde esa región Nimrod salió hacia Asiria, donde construyó[j] las ciudades de Nínive, Rejobot Ir,[k] Cala 12 y Resén, la gran ciudad que está entre Nínive y Cala.

13 Misrayin fue el antepasado de

los ludeos, los anameos, los leabitas, los naftuitas, 14 los patruseos, los caslujitas —de quienes descienden los filisteos— y los caftoritas.

15 Canaán fue el padre de

Sidón, su primogénito, y de Het, 16 y el antepasado de los jebuseos, los amorreos, los gergeseos, 17 los heveos, los araceos, los sineos, 18 los arvadeos, los zemareos y los jamatitas.

Luego, estos clanes cananeos se dispersaron, 19 y su territorio se extendió desde Sidón hasta Guerar y Gaza, y en dirección de Sodoma, Gomorra, Admá y Zeboyín, hasta Lasa.

20 Estos fueron los descendientes de Cam, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.

21 Sem, antepasado de todos los hijos de Éber y hermano mayor de[l] Jafet, también tuvo hijos.

22 Hijos de Sem:

Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

23 Hijos de Aram:

Uz, Hul, Guéter y Mas.

24 Arfaxad fue el padre de Selaj.

Selaj fue el padre de Éber.

25 Éber tuvo dos hijos:

El primero se llamó Péleg[m] porque en su tiempo se dividió la tierra; su hermano se llamó Joctán.

26 Joctán fue el padre de

Almodad, Sélef, Jazar Mávet, Yeraj, 27 Hadorán, Uzal, Diclá, 28 Obal, Abimael, Sabá, 29 Ofir, Javilá y Jobab. Todos estos fueron hijos de Joctán.

30 Ellos vivieron en la región que va desde Mesá hasta Sefar, en la región montañosa oriental.

31 Estos fueron los hijos de Sem, según sus clanes y sus idiomas, sus territorios y naciones.

32 Estos son los clanes de los hijos de Noé, según sus genealogías y sus naciones. A partir de estos clanes, las naciones se extendieron sobre la tierra después del diluvio.

La torre de Babel

11 En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra. Al emigrar al oriente, la gente encontró una llanura en la región de Sinar[n] y allí se establecieron.

Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego». Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo, nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».

Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo. Entonces el Señor dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras y todo lo que se propongan lo podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma para que ya no se entiendan entre ellos mismos».

De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra; por lo tanto, dejaron de construir la ciudad. Por eso a la ciudad se le llamó Babel,[o] porque fue allí donde el Señor confundió el lenguaje de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.

Descendientes de Sem(C)

10 Esta es la historia de Sem:

Dos años después del diluvio, cuando Sem tenía cien años, nació su hijo Arfaxad. 11 Después del nacimiento de Arfaxad, Sem vivió quinientos años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

12 Cuando Arfaxad tenía treinta y cinco años, nació su hijo Selaj. 13 Después del nacimiento de Selaj, Arfaxad vivió cuatrocientos tres años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

14 Cuando Selaj tenía treinta años, nació su hijo Éber. 15 Después del nacimiento de Éber, Selaj vivió cuatrocientos tres años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

16 Cuando Éber tenía treinta y cuatro años, nació su hijo Péleg. 17 Después del nacimiento de Péleg, Éber vivió cuatrocientos treinta años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

18 Cuando Péleg tenía treinta años, nació su hijo Reú. 19 Después del nacimiento de Reú, Péleg vivió doscientos nueve años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

20 Cuando Reú tenía treinta y dos años, nació su hijo Serug. 21 Después del nacimiento de Serug, Reú vivió doscientos siete años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

22 Cuando Serug tenía treinta años, nació su hijo Najor. 23 Después del nacimiento de Najor, Serug vivió doscientos años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

24 Cuando Najor tenía veintinueve años, nació su hijo Téraj. 25 Después del nacimiento de Téraj, Najor vivió ciento diecinueve años más y tuvo otros hijos y otras hijas.

26 Después de haber vivido setenta años, Téraj tuvo a sus hijos Abram, Najor y Harán.

Descendientes de Téraj

27 Esta es la historia de Téraj, el padre de Abram, Najor y Harán.

Harán fue el padre de Lot 28 y murió en Ur de los caldeos, su tierra natal, cuando su padre Téraj aún vivía. 29 Abram se casó con Saray y Najor se casó con Milca, la hija de Harán, el cual tuvo otra hija llamada Iscá. 30 Pero Saray era estéril; no podía tener hijos.

31 Téraj salió de Ur de los caldeos rumbo a Canaán. Se fue con su hijo Abram, su nieto Lot, hijo de Harán, y su nuera Saray, la esposa de Abram. Sin embargo, al llegar a la ciudad de Jarán, se quedaron a vivir en aquel lugar 32 y allí mismo murió Téraj a los doscientos cinco años.

Footnotes

  1. 6:14 resinosa. Palabra de difícil traducción.
  2. 6:15 Es decir, aprox. 135 m de largo, 22.5 de ancho y 14 de alto.
  3. 6:16 Es decir, aprox. a 45 cm.
  4. 7:20 Es decir, aprox. 7 m.
  5. 8:20 altar. Primera referencia a un altar en la Biblia.
  6. 9:27 En hebreo, el nombre propio Jafet suena como el verbo que significa extender.
  7. 10:2 En este contexto hijos puede significar descendientes; así en el resto de este capítulo.
  8. 10:4 Rodanín (varios mss. hebreos y 1Cr 1:7); Dodanín (TM).
  9. 10:10 Sinar. Es decir, Babilonia.
  10. 10:11 Desde … donde construyó. Alt. Desde esa región salió Asur, quien construyó.
  11. 10:11 Rejobot Ir. Alt. con sus plazas urbanas.
  12. 10:21 O y cuyo hermano mayor era Jafet.
  13. 10:25 En hebreo, Péleg significa división.
  14. 11:2 Sinar. Es decir, Babilonia.
  15. 11:9 En hebreo, Babel suena como el verbo que significa confundir.

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