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Jacob bendice a sus hijos

49 Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo:

“Reúnanse, y les declararé

lo que les ha de acontecer en

los días postreros.

Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob;

escuchen a su padre Israel:

“Rubén, mi primogénito:

Tú eres mi fortaleza y el principio

de mi vigor;

principal en dignidad y principal en poder.

Porque fuiste inestable como el agua,

no serás el principal.

Porque subiste a la cama de tu padre,

y al subir a mi lecho lo profanaste.

“Simeón y Leví son hermanos;

sus armas son instrumentos de violencia.

No participe mi alma en su consejo

ni mi honor se adhiera a su asamblea.Porque en su furor mataron hombres,

y en su capricho lisiaron bueyes.

Maldito sea su furor, porque fue fiero,

y su ira, porque fue cruel.

Yo los dispersaré en Jacob,

y los esparciré en Israel.

“Judá, tus hermanos te alabarán.

Tu mano estará sobre el cuello

de tus enemigos,

y los hijos de tu padre

se postrarán ante ti.

Eres un cachorro de león, oh Judá;

vuelves de cazar, hijo mío.

Se agacha y se recuesta cual león;

y como leona, ¿quién lo despertará?

10 El cetro no será quitado de Judá

ni la vara de autoridad de entre sus pies, hasta que venga Siloh[a];

y le obedecerán los pueblos.

11 Atando a la vid su borriquillo

y a la cepa la cría de su asna,

lava en vino su vestidura

y en sangre de uvas su manto.

12 Sus ojos están brillantes por el vino,

y sus dientes blancos por la leche.

13 “Zabulón habitará las costas de los mares. Será puerto de navíos,

y su extremo llegará hasta Sidón.

14 “Isacar es un asno de fuertes huesos, echado entre dos alforjas.

15 Vio que el lugar de descanso era bueno

y que la tierra era placentera,

e inclinó sus hombros para cargar

y se sometió al tributo laboral.

16 “Dan juzgará a su pueblo

como una de las tribus de Israel.

17 Dan será como serpiente

junto al camino,

como víbora junto al sendero,

que muerde los cascos del caballo

de modo que su jinete caiga hacia atrás.

18 “¡Espero tu salvación, oh SEÑOR!

19 “Gad: Un batallón lo atacará; pero él los atacará por su espalda.

20 “Aser: Sus alimentos son suculentos; él producirá manjares dignos de un rey.

21 “Neftalí es una venada suelta

que tendrá hermosos venaditos.

22 “José es un retoño fructífero,

retoño fructífero junto a un manantial;

sus ramas trepan sobre el muro.

23 Los arqueros le causaron amargura;

le fueron hostiles los flecheros.

24 Pero su arco permaneció firme,

y sus brazos se hicieron ágiles,

por las manos del Fuerte de Jacob;

por el nombre del Pastor,

la Roca de Israel;

25 por el Dios de tu padre,

el cual te ayudará;

y por el Todopoderoso,

quien te bendecirá:

con bendiciones del cielo arriba,

con bendiciones del océano

que se extiende abajo;

con bendiciones de los senos

y de la matriz.

26 Las bendiciones de tu padre

sobrepasan a las de

las montañas eternas[b],

y a los deleites de las colinas antiguas.

Sean sobre la cabeza de José,

sobre la coronilla del príncipe

de sus hermanos.

27 “Benjamín es un lobo rapaz:

Por la mañana come la presa,

y al atardecer reparte el botín”.

28 Todos estos llegaron a ser las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo al bendecirlos; a cada uno lo bendijo con su respectiva bendición.

Jacob es sepultado en Macpela

29 Luego les mandó diciendo: “Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepúltenme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo; 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham a Efrón el heteo, junto con el campo, para posesión de sepultura. 31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea. 32 El campo y la cueva que está en él fueron adquiridos de los hijos de Het”.

33 Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.

Footnotes

  1. Génesis 49:10 Según varios mss. y LXX; otra trad., aquel a quien le pertenece.
  2. Génesis 49:26 Según LXX; otra trad., progenitores; heb., de significado oscuro.

Creación de los cielos y de la tierra

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz. Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz “día”, y a las tinieblas llamó “noche”. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.

Entonces dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas”. E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó a la bóveda “cielos”. Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día.

Entonces dijo Dios: “Reúnanse las aguas que están debajo del cielo en un solo lugar, de modo que aparezca la parte seca”. Y fue así. 10 Llamó Dios a la parte seca “tierra”, y a la reunión de las aguas llamó “mares”; y vio Dios que esto era bueno. 11 Después dijo Dios: “Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. Y fue así. 12 La tierra produjo hierba, plantas que dan semilla según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. 13 Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día.

14 Entonces dijo Dios: “Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. 15 Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo”. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas. 17 Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, 18 para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. 19 Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día.

20 Entonces dijo Dios: “Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del cielo”. 21 Y creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto era bueno, 22 y los bendijo Dios diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen las aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra”. 23 Y fue la tarde y fue la mañana del quinto día.

24 Entonces dijo Dios: “Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y animales de la tierra según su especie”. Y fue así. 25 Hizo Dios los animales de la tierra según su especie, el ganado según su especie y los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que esto era bueno.

26 Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra”. 27 Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. 28 Dios los bendijo y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra; sojúzguenla y tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra”. 29 Dios dijo además: “He aquí que les he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos les servirán de alimento. 30 Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento”. Y fue así. 31 Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del sexto día.

Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes. El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él reposó de toda su obra de creación que Dios había hecho. Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron creados.

El hombre en el jardín de Edén

Cuando el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos, aún no había en la tierra ningún arbusto del campo ni había germinado ninguna planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había hecho llover sobre la tierra ni había hombre para cultivarla. Pero subía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie de la tierra.

Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.

Y plantó el SEÑOR Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. El SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. 11 El nombre del primero era Pisón. Este rodeaba toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 Y el oro de aquella tierra es bueno. También hay allí ámbar y ónice. 13 El nombre del segundo río era Guijón. Este rodeaba toda la tierra de Etiopía. 14 El nombre del tercer río era Tigris, que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río era el Éufrates.

15 Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo guardara. 16 Y el SEÑOR Dios mandó al hombre diciendo: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás”.

Creación de la mujer

18 Dijo además el SEÑOR Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”. 19 El SEÑOR Dios, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Lo que el hombre llamó a los animales, ese es su nombre. 20 El hombre puso nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo. Pero para Adán no halló ayuda que le fuera idónea.

21 Entonces el SEÑOR Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que el SEÑOR Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. 23 Entonces dijo el hombre: “Ahora, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada ‘mujer’[a], porque fue tomada del hombre”. 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.

Desobediencia de la primera pareja

Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho, dijo a la mujer:

—¿De veras Dios les ha dicho: “No coman de ningún árbol del jardín”?

La mujer respondió a la serpiente:

—Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: “No coman de él ni lo toquen, no sea que mueran”.

Entonces la serpiente dijo a la mujer:

—Ciertamente no morirán. Es que Dios sabe que el día que coman de él, los ojos les serán abiertos, y serán como Dios, conociendo el bien y el mal.

Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Cuando oyeron la voz del SEÑOR Dios que se paseaba por el jardín en la brisa del día, el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del jardín. Pero el SEÑOR Dios llamó al hombre y le preguntó:

—¿Dónde estás tú?

10 Él respondió:

—Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí.

11 Le preguntó Dios:

—¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieras?

12 El hombre respondió:

—La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.

13 Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer:

—¿Por qué has hecho esto?

La mujer dijo:

—La serpiente me engañó, y comí.

14 Entonces el SEÑOR Dios dijo a la serpiente:

—Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón.

16 A la mujer dijo:

—Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.

17 Y al hombre dijo:

—Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: “No comas de él”, sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.

20 El hombre llamó el nombre de su mujer Eva[b], porque ella sería la madre de todos los vivientes.

21 Luego el SEÑOR Dios hizo vestidos de piel para Adán[c] y para su mujer, y los vistió. 22 Y el SEÑOR Dios dijo:

—He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.

23 Y el SEÑOR Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida.

Historia de Caín y Abel

El hombre conoció a Eva su mujer, la cual concibió y dio a luz a Caín[d]. Entonces ella dijo: “¡He adquirido un varón de parte del SEÑOR Dios!”. Después dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de ovejas; y Caín, labrador de la tierra.

Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra, una ofrenda al SEÑOR. Abel también trajo una ofrenda de los primogénitos de sus ovejas, lo mejor de ellas. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín ni su ofrenda. Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante. Entonces el SEÑOR dijo a Caín:

—¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante? Si haces lo bueno, ¿no serás enaltecido? Pero si no haces lo bueno, el pecado está a la puerta y te seducirá; pero tú debes enseñorearte de él.

Caín habló con su hermano Abel[e]. Y sucedió que estando juntos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. Entonces el SEÑOR preguntó a Caín:

—¿Dónde está tu hermano Abel?

Y respondió:

—No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?

10 Le preguntó:

—¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora pues, maldito seas tú, lejos de la tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando trabajes la tierra, ella no te volverá a dar su fuerza. Y serás errante y fugitivo en la tierra.

13 Caín dijo al SEÑOR:

—¡Grande es mi castigo para ser soportado! 14 He aquí que me echas hoy de la faz de la tierra, y me esconderé de tu presencia. Seré errante y fugitivo en la tierra, y sucederá que cualquiera que me halle me matará.

15 El SEÑOR le respondió:

—No será así[f]. Cualquiera que mate a Caín será castigado siete veces.

Entonces el SEÑOR puso una señal sobre Caín, para que no lo matara cualquiera que lo hallara. 16 Así partió Caín de delante del SEÑOR, y habitó en la tierra de Nod, al oriente de Edén.

Descendientes de Caín

17 Caín conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Caín edificó una ciudad a la cual llamó según el nombre de su hijo Enoc. 18 A Enoc le nació Irad. E Irad engendró a Mejuyael. Mejuyael engendró a Metusael. Y Metusael engendró a Lamec.

19 Lamec tomó para sí dos mujeres. El nombre de la una fue Ada; y el nombre de la otra, Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal, quien llegó a ser el padre de los que habitan en tiendas y crían ganado. 21 El nombre de su hermano fue Jubal, quien llegó a ser padre de todos los que tocan el arpa y la flauta. 22 Zila también dio a luz a Tubal-caín, maestro[g] de todos los que trabajan el bronce y el hierro. Y la hermana de Tubal-caín fue Naama. 23 Entonces Lamec dijo a sus mujeres:

“Ada y Zila, oigan mi voz.

Oh mujeres de Lamec, escuchen mi dicho:

Yo maté a un hombre, porque me hirió;

maté a un muchacho, porque me golpeó.

24 Si Caín ha de ser vengado siete veces,

Lamec lo será setenta y siete veces”.

Descendientes de Set

25 Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz un hijo y llamó su nombre Set[h], diciendo: “Porque Dios me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín”. 26 A Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós[i]. Entonces se comenzó a invocar el nombre del SEÑOR.

Este es el libro de los descendientes de Adán:

Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a semejanza de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo. Y el día que fueron creados, llamó el nombre de ellos “hombre”.

Cuando Adán tenía ciento treinta años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. Los años que vivió Adán después de engendrar a Set fueron ochocientos, y engendró hijos e hijas. Todos los años que vivió Adán fueron novecientos treinta, y murió.

Cuando Set tenía ciento cinco años, engendró a Enós. Set vivió después de engendrar a Enós ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. Todos los años de Set fueron novecientos doce, y murió.

Cuando Enós tenía noventa años, engendró a Cainán. 10 Enós vivió después de engendrar a Cainán ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. 11 Todos los años de Enós fueron novecientos cinco, y murió.

12 Cuando Cainán tenía setenta años, engendró a Mahalaleel. 13 Cainán vivió después de engendrar a Mahalaleel ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. 14 Todos los años de Cainán fueron novecientos diez, y murió.

15 Cuando Mahalaleel tenía sesenta y cinco años, engendró a Jared. 16 Mahalaleel vivió después de engendrar a Jared ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 17 Todos los años de Mahalaleel fueron ochocientos noventa y cinco, y murió.

18 Cuando Jared tenía ciento sesenta y dos años, engendró a Enoc. 19 Jared vivió después de engendrar a Enoc ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 20 Todos los años de Jared fueron novecientos sesenta y dos, y murió.

21 Cuando Enoc tenía sesenta y cinco años, engendró a Matusalén. 22 Enoc caminó con Dios trescientos años después de engendrar a Matusalén, y engendró hijos e hijas. 23 Todos los años de Enoc fueron trescientos sesenta y cinco años. 24 Caminó, pues, Enoc con Dios y desapareció, porque Dios lo llevó consigo.

25 Cuando Matusalén tenía ciento ochenta y siete años, engendró a Lamec. 26 Matusalén vivió después de engendrar a Lamec setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. 27 Todos los años de Matusalén fueron novecientos sesenta y nueve, y murió.

28 Cuando Lamec tenía ciento ochenta y dos años, engendró un hijo, 29 y llamó su nombre Noé[j] diciendo: “Este nos aliviará de nuestras obras y de la penosa labor de nuestras manos, a causa de la tierra que el SEÑOR maldijo”. 30 Lamec vivió después de engendrar a Noé quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. 31 Todos los años de Lamec fueron setecientos setenta y siete, y murió.

32 Cuando Noé tenía quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

Corrupción de la humanidad

Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les nacieron hijas. Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran bellas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Entonces el SEÑOR dijo: “No contenderá para siempre mi espíritu con el hombre, por cuanto él es carne, y su vida será de ciento veinte años”.

En aquellos días había gigantes en la tierra, y aun después, cuando se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre.

El SEÑOR vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo solo al mal. Entonces el SEÑOR lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo el SEÑOR: “Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento haberlos hecho”. Pero Noé halló gracia ante los ojos del SEÑOR.

Preparativos para el arca

Esta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo y cabal en su generación; Noé caminaba con Dios. 10 Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia. 12 Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.

13 Entonces Dios dijo a Noé: “He decidido el final de toda carne, porque la tierra está llena de violencia por culpa de ellos. He aquí que los destruiré junto con la tierra. 14 Hazte un arca de madera de árbol de ciprés. Haz compartimentos al arca, y cúbrela con brea por dentro y por fuera. 15 Hazla de esta manera: de ciento cuarenta metros de largo, veintitrés metros de ancho y catorce metros de alto. 16 Hazle una claraboya y termínala a cincuenta centímetros de la parte alta. La puerta del arca estará a uno de sus lados. Construye también un piso bajo, uno intermedio y uno superior. 17 Porque he aquí, yo voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en la cual hay aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra morirá. 18 Pero estableceré mi pacto contigo. Entrarán en el arca tú, tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. 19 De todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca dos de cada especie, para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra: 20 de las aves según su especie; del ganado según su especie; de todo animal que se desplaza en la tierra según su especie. Dos de cada especie vendrán a ti para sobrevivir. 21 Toma contigo toda clase de alimentos para comer, y almacénalos para que te sirvan de comida a ti y a ellos”.

22 Y Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó; así lo hizo.

Entonces el SEÑOR dijo a Noé: “Entra en el arca tú, y toda tu familia, porque he visto que tú eres justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio toma contigo siete parejas, el macho y su hembra; pero de los animales que no son limpios solo una pareja, el macho y su hembra. De las aves del cielo toma también siete parejas, macho y hembra, para preservar la especie sobre la faz de la tierra. Porque después de siete días yo haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y arrasaré de la faz de la tierra todo ser viviente que he hecho”.

Y Noé hizo conforme a todo lo que el SEÑOR le mandó.

El diluvio

Noé tenía seiscientos años cuando vino el diluvio de aguas sobre la tierra. Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio.

De los animales limpios y de los animales no limpios, de las aves y de todo lo que se desplaza sobre la tierra, de dos en dos entraron en el arca con Noé, macho y hembra, como Dios había mandado a Noé. 10 Y sucedió que a los siete días vinieron sobre la tierra las aguas del diluvio.

11 El día diecisiete del mes segundo del año seiscientos de la vida de Noé, en este día fueron rotas todas las fuentes del gran océano y fueron abiertas las ventanas de los cielos. 12 Y hubo lluvia sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. 13 En este mismo día entraron en el arca Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos[k]. 14 Entraron ellos y todos los animales según su especie, todos los animales domésticos según su especie, todos los animales que se desplazan sobre la tierra según su especie, todas las aves según su especie, y todo pájaro, todo lo que tiene alas. 15 Y vinieron al arca, a Noé, de dos en dos, de todos los seres que respiran. 16 Vinieron macho y hembra de todo animal, como Dios le había mandado. Y el SEÑOR le cerró la puerta.

17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Las aguas crecieron y levantaron el arca, y se elevó sobre la tierra. 18 Las aguas crecieron y se incrementaron tanto sobre la tierra que el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. 19 Las aguas subieron tanto sobre la tierra que las montañas más altas debajo de todos los cielos fueron cubiertas. 20 Las montañas fueron cubiertas y las aguas crecieron nueve metros por encima. 21 Y murió todo ser que se desplaza sobre la tierra, tanto las aves como el ganado, las fieras, los animales que se desplazan sobre la tierra y todos los hombres. 22 Murió todo cuanto tenía aliento de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra seca. 23 Así fue arrasado de la faz de la tierra todo ser viviente. Fueron arrasados de la tierra desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo. Solo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca. 24 Y las aguas prevalecieron sobre la tierra durante ciento cincuenta días.

Restauración de la tierra

Dios se acordó de Noé y de todos los animales y todo el ganado que estaban con él en el arca, e hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas disminuyeron. Fueron cerradas las fuentes del océano y las ventanas de los cielos, y se detuvo la lluvia de los cielos. Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y después de ciento cincuenta días las aguas habían menguado.

El día diecisiete del mes séptimo se asentó el arca sobre los montes de Ararat, y las aguas siguieron decreciendo hasta el mes décimo. El primer día del mes décimo se hicieron visibles las cumbres de las montañas. Y sucedió que cuarenta días después Noé abrió la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo que iba y venía hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. También envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra. La paloma no halló donde asentar la planta de su pie y volvió a él, al arca, porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca.

10 Esperó aún otros siete días y volvió a enviar la paloma fuera del arca. 11 La paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía una hoja verde de olivo en el pico. Así entendió Noé que las aguas habían disminuido sobre la tierra. 12 Esperó aún otros siete días y envió la paloma, la cual no volvió más a él.

13 Y sucedió que el primer día del mes primero del año seiscientos uno de Noé se secaron las aguas sobre la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la superficie de la tierra estaba seca.

14 El día veintisiete del mes segundo quedó seca la tierra. 15 Entonces dijo Dios a Noé: 16 “Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo. 17 Saca todos los animales de toda clase que están contigo: las aves, el ganado y los reptiles que se desplazan sobre la tierra. Que se esparzan por la tierra, que sean fecundos y que se multipliquen sobre la tierra”.

18 Entonces salieron del arca Noé, sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él, 19 y todos los animales, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se desplaza sobre la tierra, según sus familias.

Pacto de Dios con Noé

20 Entonces edificó Noé un altar al SEÑOR, y tomando de todo cuadrúpedo limpio y de toda ave limpia, ofreció holocaustos sobre el altar.

21 El SEÑOR percibió el grato olor, y dijo el SEÑOR en su corazón: “No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. Tampoco volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22 Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche”.

Entonces Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: “Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra. El temor y el miedo de ustedes estarán en todos los animales de la tierra, en todas las aves del cielo, en todo lo que se desplaza en la tierra y en todos los peces del mar. En sus manos son entregados. Todo lo que se desplaza y vive les servirá de alimento. Del mismo modo que las plantas, les doy todo. Pero no comerán carne con su vida, es decir, su sangre. Porque ciertamente por la propia sangre de ustedes pediré cuentas. Pediré cuentas a todo animal y al hombre. Yo pediré cuentas a cada uno por la vida del hombre. El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Dios él hizo al hombre. Sean ustedes fecundos y multiplíquense. Reprodúzcanse en la tierra y multiplíquense en ella”.

Entonces Dios habló a Noé y a sus hijos con él, diciendo: “He aquí que yo establezco mi pacto con ustedes, con sus descendientes después de ustedes 10 y con todo ser viviente que está con ustedes: aves, ganado y todos los animales de la tierra que están con ustedes; todos los que salieron del arca, todos los animales de la tierra. 11 Yo establezco mi pacto con ustedes: Ninguna carne volverá a ser exterminada jamás por las aguas del diluvio ni habrá otra vez diluvio para destruir la tierra”.

12 Y dijo Dios: “Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y ustedes, y todo ser viviente que está con ustedes, por generaciones, para siempre: 13 Yo pongo mi arco en las nubes como señal del pacto que hago entre yo y la tierra. 14 Y sucederá que cuando yo haga aparecer nubes sobre la tierra, entonces el arco se dejará ver en las nubes. 15 Me acordaré de mi pacto que existe entre yo y ustedes, y todo ser viviente de toda clase, y las aguas no serán más un diluvio para destruir toda carne. 16 Cuando el arco aparezca en las nubes, yo lo veré para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente de toda clase que está sobre la tierra”.

17 Entonces Dios dijo a Noé: “Esta será la señal del pacto que establezco entre yo y toda carne que está sobre la tierra”.

Profecías de Noé acerca de sus hijos

18 Los hijos de Noé que salieron del arca fueron: Sem, Cam y Jafet. Cam fue el padre de Canaán. 19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos fue poblada toda la tierra.

20 Entonces Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó una viña. 21 Y bebiendo el vino, se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda. 22 Cam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y lo contó a sus dos hermanos que estaban fuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, lo pusieron sobre sus propios hombros y, yendo hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como tenían vuelta la cara, ellos no vieron la desnudez de su padre.

24 Cuando Noé se despertó de su embriaguez y se enteró de lo que le había hecho su hijo menor, 25 dijo: “Maldito sea Canaán. Sea el siervo de los siervos de sus hermanos”.

26 Dijo además: “Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Sem, y sea Canaán su siervo. 27 Engrandezca Dios a Jafet y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo”.

28 Noé vivió después del diluvio trescientos cincuenta años. 29 Todos los años de Noé fueron novecientos cincuenta, y murió.

Las naciones después del diluvio

10 Estos son los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes les nacieron hijos después del diluvio:

Los hijos de Jafet fueron: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. Los hijos de Gomer fueron: Asquenaz, Rifat y Togarma. Los hijos de Javán fueron: Elisa, Tarsis, Quitim y Rodanim[l]. A partir de estos fueron pobladas las costas de las naciones según sus territorios, cada una según su idioma, conforme a sus familias en sus naciones.

Los hijos de Cam fueron: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. Los hijos de Cus fueron: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Los hijos de Raama fueron Seba y Dedán. Cus engendró a Nimrod, quien comenzó a ser poderoso en la tierra. Él fue un vigoroso cazador delante del SEÑOR, por lo cual se suele decir: “Como Nimrod, el vigoroso cazador delante del SEÑOR”. 10 Al principio, su reino abarcaba Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11 De aquella tierra salió para Asiria y edificó Nínive, Ciudad Rejobot, Cálaj 12 y Resén, entre Nínive y Cálaj. Esta es una gran ciudad. 13 Mizraim engendró a los ludeos, a los anameos, a los lehabitas, a los naftujitas, 14 a los patruseos, a los caslujitas (de los cuales salieron los filisteos) y a los caftoreos. 15 Canaán engendró a Sidón su primogénito y a Het, 16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo, 17 al heveo, al araqueo, al sineo, 18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo. Después se dispersaron los clanes de los cananeos. 19 La frontera de los cananeos abarcaba desde Sidón hasta Gaza en dirección de Gerar; seguía en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboím, y continuaba hasta Lasa. 20 Tales son los hijos de Cam, según sus familias, según sus idiomas, en sus territorios y en sus naciones.

21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber y hermano mayor de Jafet. 22 Los hijos de Sem fueron: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Los hijos de Aram fueron: Uz, Hul, Geter y Mas[m]. 24 Arfaxad engendró a Sélaj, y Sélaj engendró a Heber. 25 A Heber le nacieron dos hijos: El nombre del primero fue Peleg[n], porque en sus días fue dividida la tierra. El nombre de su hermano fue Joctán. 26 Joctán engendró a Almodad, a Selef, a Hazar-mávet, a Jéraj, 27 a Adoram, a Uzal, a Dicla, 28 a Obal, a Abimael, a Seba, 29 a Ofir, a Havila y a Jobab. Todos estos fueron hijos de Joctán. 30 El área que habitaron abarcó desde Mesa hasta las inmediaciones de Sefar, en la región montañosa al oriente. 31 Estos fueron los hijos de Sem según sus familias, según sus idiomas, en sus territorios y en sus naciones.

32 Estas fueron las familias de los hijos de Noé, según sus descendientes y sus naciones. De estos proceden las naciones de la tierra, después del diluvio.

La torre de Babel

11 Toda la tierra tenía un solo idioma y las mismas palabras. Pero aconteció que al emigrar del oriente, encontraron una llanura en la tierra de Sinar y se establecieron allí. Entonces se dijeron unos a otros: “Vengan, hagamos adobes y quemémoslos con fuego”. Así empezaron a usar ladrillo en lugar de piedra, y brea en lugar de mortero. Y dijeron: “Vengan, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo. Hagámonos un nombre, no sea que nos dispersemos sobre la faz de toda la tierra”.

El SEÑOR descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hombres. Entonces dijo el SEÑOR: “He aquí que este pueblo está unido, y todos hablan el mismo idioma. Esto es lo que han comenzado a hacer, y ahora nada les impedirá hacer lo que se proponen. Vamos, pues, descendamos y confundamos allí su lenguaje, para que nadie entienda lo que dice su compañero”.

Así los dispersó el SEÑOR de allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por tanto, el nombre de dicha ciudad fue Babel[o], porque el SEÑOR confundió allí el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los dispersó sobre la faz de toda la tierra.

Antepasados de Abram

10 Estos son los descendientes de Sem:

Cuando Sem tenía cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Sem vivió después que engendró a Arfaxad quinientos años, y engendró hijos e hijas.

12 Cuando Arfaxad tenía treinta y cinco años, engendró a Sélaj. 13 Arfaxad vivió después que engendró a Sélaj cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

14 Cuando Sélaj tenía treinta años, engendró a Heber. 15 Sélaj vivió después que engendró a Heber cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

16 Cuando Heber tenía treinta y cuatro años, engendró a Peleg. 17 Heber vivió después que engendró a Peleg cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

18 Cuando Peleg tenía treinta años, engendró a Reu. 19 Peleg vivió después que engendró a Reu doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas.

20 Cuando Reu tenía treinta y dos años, engendró a Serug. 21 Reu vivió después que engendró a Serug doscientos siete años, y engendró hijos e hijas.

22 Cuando Serug tenía treinta años, engendró a Nacor. 23 Serug vivió después que engendró a Nacor doscientos años, y engendró hijos e hijas.

24 Cuando Nacor tenía veintinueve años, engendró a Taré. 25 Nacor vivió después que engendró a Taré ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.

26 Cuando Taré tenía setenta años, engendró a Abram, a Nacor y a Harán. 27 Estos son los descendientes de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot. 28 Harán murió antes que su padre Taré, en el lugar donde había nacido, en Ur de los caldeos.

29 Abram y Nacor tomaron mujeres para sí. El nombre de la mujer de Abram fue Sarai; y el nombre de la mujer de Nacor fue Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30 Y Sarai era estéril y no tenía hijos.

31 Taré tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot hijo de Harán, a Sarai su nuera, mujer de su hijo Abram, y salió con ellos de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán. Y fueron hasta Harán y se establecieron allí. 32 Taré vivió doscientos cinco años, y murió Taré en Harán.

Abram va a Canaán

12 Entonces el SEÑOR dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.

Abram se fue, como el SEÑOR le había dicho, y Lot fue con él. Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. Abram tomó a Sarai su mujer, a Lot su sobrino y todos los bienes que habían acumulado y a las personas que habían adquirido en Harán; y partieron hacia la tierra de Canaán. Después llegaron a la tierra de Canaán, y Abram atravesó aquella tierra hasta la encina de Moré, en las inmediaciones de Siquem. Los cananeos estaban entonces en la tierra. Y se apareció el SEÑOR a Abram y le dijo: “A tu descendencia daré esta tierra”. Y él edificó allí un altar al SEÑOR, quien se le había aparecido. Después se trasladó a la región montañosa al oriente de Betel y extendió allí su tienda, entre Betel al oeste y Hai al este. Allí edificó un altar al SEÑOR e invocó el nombre del SEÑOR. Después partió de allí y se dirigió progresivamente hacia el Néguev.

Problemas de Abram con el faraón

10 Hubo hambre en la tierra, y Abram descendió a Egipto para residir allí, pues el hambre era grande en la tierra. 11 Y aconteció que cuando estaba por llegar a Egipto, dijo a Sarai su mujer: “He aquí, reconozco que tú eres una mujer bella. 12 Y puede suceder que al verte, los egipcios digan: ‘Es su mujer’, y me maten a mí, y a ti te conserven la vida. 13 Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por tu causa y mi vida sea conservada por causa de ti”.

14 Y aconteció que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy bella. 15 También la vieron los ministros del faraón, y la alabaron ante él. Y la mujer fue llevada al palacio del faraón, 16 quien favoreció a Abram por causa de ella. Este obtuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.

17 Entonces el SEÑOR afligió al faraón y a su familia con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram. 18 Y el faraón llamó a Abram y le dijo: “¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: ‘Es mi hermana’, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora pues, aquí está tu mujer. Tómala y vete”.

20 Entonces el faraón dio órdenes a sus hombres con respecto a Abram. Y estos lo enviaron a él con su mujer y con todo lo que tenía.

Abram y Lot se separan

13 Abram subió de Egipto hacia el Néguev, él con su mujer y con todo lo que tenía; y Lot iba con él. Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro. Volvió a sus viajes desde el Néguev hacia Betel, hasta el lugar donde su tienda había estado al comienzo, entre Betel y Hai, el lugar del altar que había hecho allí anteriormente. Y Abram invocó allí el nombre del SEÑOR.

También Lot, que iba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. Pero la tierra no bastaba para que habitaran juntos. Sus posesiones eran muchas, y no podían habitar juntos. Entonces surgió una contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot. En aquel entonces los cananeos y los ferezeos habitaban en la tierra.

Entonces Abram dijo a Lot: “Por favor, no haya contiendas entre tú y yo ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos parientes. ¿No está delante de ti toda la tierra? Sepárate, pues, de mí. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda”.

10 Lot alzó los ojos y vio toda la llanura del Jordán, la cual era toda tierra de regadío, como un jardín del SEÑOR, como la tierra de Egipto, como la entrada de Zoar, antes de que el SEÑOR destruyera Sodoma y Gomorra. 11 Lot eligió para sí toda la llanura del Jordán, y partió Lot hacia el oriente. Así se separaron el uno del otro.

12 Abram habitó en la tierra de Canaán, y Lot habitó en las ciudades de la llanura y fue instalando sus tiendas hasta Sodoma. 13 Los hombres de Sodoma eran malos y muy pecadores contra el SEÑOR.

Dios promete a Abram darle Canaán

14 El SEÑOR dijo a Abram, después que Lot se había separado de él: “Alza tus ojos y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte, el sur, el este y el oeste. 15 Porque toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia, para siempre. 16 Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada. 17 Levántate, anda a lo largo y a lo ancho de la tierra, porque a ti te la daré”.

18 Entonces Abram trasladó su tienda, se fue y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y allí edificó un altar al SEÑOR.

Abram rescata a Lot

14 Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, de Arioc rey de Elasar, de Quedarlaomer rey de Elam, y de Tidal rey de Goím, que estos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, Birsa rey de Gomorra, Sinab rey de Adma, Semeber rey de Zeboím, y el rey de Bela, la cual es Zoar. Todos estos se reunieron en el valle de Sidim, es decir, el mar Salado. Doce años habían servido a Quedarlaomer, pero en el año trece se rebelaron. En el año catorce vinieron Quedarlaomer y los reyes que estaban con él, y derrotaron a los refaítas en Astarot-carnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim, y a los horeos en el monte Seír, hasta El-parán, que está junto al desierto. Luego regresaron, llegaron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el campo de los amalequitas y de los amorreos que habitaban en Hazezón-tamar.

Entonces salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboím y el rey de Bela, la cual es Zoar, y dispusieron la batalla contra ellos en el valle de Sidim; a saber, contra Quedarlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goím, Amrafel rey de Sinar y Arioc rey de Elasar: cuatro reyes contra cinco.

10 El valle de Sidim estaba lleno de pozos de brea. Y al huir los reyes de Sodoma y de Gomorra, cayeron en ellos, mientras que los demás huyeron a las montañas. 11 Los enemigos tomaron todos los bienes de Sodoma y de Gomorra, y todos sus alimentos, y se fueron. 12 También llevaron consigo a Lot, el hijo del hermano de Abram, junto con sus posesiones (porque Lot habitaba en Sodoma), y se fueron. 13 Pero uno de los que escaparon fue y lo contó a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, quienes eran aliados de Abram.

14 Cuando Abram oyó que su sobrino había sido tomado cautivo, reclutó[p] a sus trescientos dieciocho criados nacidos en su casa, y los persiguió hasta Dan. 15 Los atacó de noche, él con sus siervos, los derrotó y los persiguió hasta Hoba, que está al norte de Damasco. 16 Así recobró todos los bienes y también recobró a su sobrino Lot, sus bienes, y también a las mujeres y a la gente.

Encuentro de Abram y Melquisedec

17 Cuando Abram volvía de derrotar a Quedarlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Savé, que es el valle del Rey. 18 También Melquisedec, rey de Salem, quien era sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino, 19 y lo bendijo diciendo: “Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. 20 Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos”.

Y Abram le dio a él el diezmo de todo.

Trato de Abram con el rey de Sodoma

21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram:

—Dame las personas, y toma para ti los bienes.

22 Abram respondió al rey de Sodoma:

—He hecho votos al SEÑOR, el Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 que no tomaré ni un hilo ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es tuyo, para que no digas después: “Yo enriquecí a Abram”. 24 Yo no tomaré nada, excepto lo que han comido los jóvenes y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Escol y Mamre. Ellos sí tomarán su parte.

Pacto del SEÑOR con Abram

15 Después de estas cosas vino la palabra del SEÑOR a Abram en visión, diciendo:

—No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.

Abram respondió:

—Oh SEÑOR Dios[q], ¿qué me has de dar? Pues continúo sin hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer, de Damasco. —Añadió Abram—: A mí no me has dado descendencia, y he aquí me heredará un criado nacido en mi casa.

Y he aquí que la palabra del SEÑOR vino a él diciendo:

—No será este el que te herede, sino que alguien que salga de tus entrañas será el que te herede.

Entonces lo llevó fuera y le dijo:

—Mira, por favor, al cielo y cuenta las estrellas, si acaso las puedes contar. —Y añadió—: Así será tu descendencia.

Él creyó al SEÑOR, y le fue contado por justicia. Entonces le dijo:

—Yo soy el SEÑOR, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra como posesión.

Él respondió:

—Oh SEÑOR Dios[r], ¿cómo sabré que yo la he de poseer?

Le respondió:

—Tráeme una vaquilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.

10 Él tomó todos estos animales, los partió por la mitad y puso cada mitad una frente a otra. Pero no partió las aves. 11 Entonces descendieron unos buitres sobre los cuerpos muertos, y Abram los ahuyentaba. 12 Pero cuando el sol estaba por ponerse, cayó sobre Abram un sueño profundo, y he aquí que se apoderó de él el terror de una gran oscuridad. 13 Entonces Dios dijo a Abram:

—Ten por cierto que tus descendientes serán forasteros en una tierra que no será suya, y los esclavizarán y los oprimirán cuatrocientos años. 14 Pero yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después de esto saldrán con grandes riquezas. 15 Pero tú irás a tus padres en paz y serás sepultado en buena vejez. 16 En la cuarta generación volverán acá, pues hasta ahora no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.

17 Y sucedió una vez que el sol se puso y hubo oscuridad que he aquí, apareció un horno humeante, y una antorcha de fuego pasó por en medio de los animales divididos.

18 Aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram diciendo:

—A tus descendientes daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates; 19 la tierra de los queneos, quenezeos, cadmoneos, 20 heteos, ferezeos, refaítas, 21 amorreos, cananeos, gergeseos y jebuseos.

Problemas de Agar y de Ismael

16 Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos; pero ella tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar. Entonces Sarai dijo a Abram:

—He aquí que el SEÑOR me ha impedido concebir. Únete, por favor, a mi sierva; quizás yo tenga hijos por medio de ella.

Abram hizo caso de las palabras de Sarai. Y Sarai su mujer tomó a Agar, su sierva egipcia, después de haber vivido diez años en la tierra de Canaán, y se la dio por mujer a Abram su marido. Abram se unió a Agar, y ella concibió. Pero al ver que había concebido, empezó a mirar con desprecio a su señora. Entonces Sarai dijo a Abram:

—Mi agravio recaiga sobre ti. Yo puse a mi sierva en tu seno; y ella, viéndose encinta, me mira con desprecio. El SEÑOR juzgue entre tú y yo.

Abram respondió a Sarai:

—He aquí, tu sierva está en tus manos. Haz con ella como te parezca bien.

Como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. Pero el ángel del SEÑOR la encontró en el desierto junto a un manantial de agua (el manantial que está en el camino de Shur), y le dijo:

—Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?

Ella respondió:

—Huyo de la presencia de Sarai, mi señora.

El ángel del SEÑOR le dijo:

—Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad. 10 —Le dijo también el ángel del SEÑOR—: Multiplicaré tanto tus descendientes, que no podrán ser contados a causa de su gran número. 11 —Le dijo además el ángel del SEÑOR—: He aquí que has concebido y darás a luz un hijo. Y llamarás su nombre Ismael[s], porque el SEÑOR ha escuchado tu aflicción. 12 Él será como un asno montés, un hombre cuya mano estará contra todos, y las manos de todos estarán contra él. Y habitará frente a todos sus hermanos.

13 Ella invocó el nombre del SEÑOR, que hablaba con ella, y dijo:

—Tú eres un Dios que me ve.

Pues pensó: “¿Acaso no he visto aquí al que me ve?”. 14 Por eso llamó al pozo Beer-lajai-roí[t]. He aquí que está entre Cades y Bered.

15 Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó el nombre de su hijo que le dio Agar, Ismael. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando Agar le dio a luz a Ismael.

El pacto y la circuncisión

17 Abram tenía noventa y nueve años cuando el SEÑOR se le apareció y le dijo:

—Yo soy el Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé perfecto. Yo estableceré mi pacto entre tú y yo, y te multiplicaré en gran manera.

Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo:

—He aquí que mi pacto es contigo: Tú serás padre de muchas naciones. Ya no se llamará más tu nombre Abram[u]; tu nombre será Abraham[v], pues te he constituido en padre de una multitud de naciones. Yo te haré muy fecundo; de ti haré naciones, y reyes saldrán de ti. Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre tú y yo, y tu descendencia después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti. Yo te daré en posesión perpetua, a ti y a tu descendencia después de ti, la tierra en que resides, toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios.

Dios dijo de nuevo a Abraham:

—Pero tú guardarás mi pacto, tú y tus descendientes después de ti, a través de sus generaciones. 10 Este será mi pacto entre yo y ustedes que guardarán tú y tus descendientes después de ti: Todo varón de entre ustedes será circuncidado. 11 Circuncidarán sus prepucios, y esto será la señal del pacto con ustedes. 12 A los ocho días de nacido será circuncidado todo varón de entre ustedes, a través de sus generaciones; tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extranjero que no sea de tu descendencia. 13 Deberá ser circuncidado el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero. Así estará mi pacto en su carne como pacto perpetuo. 14 El hombre incircunciso, que no haya circuncidado su prepucio, esa persona será borrada de su pueblo, porque ha violado mi pacto.

Promesa del nacimiento de Isaac

15 Dios dijo también a Abraham:

—A Sarai[w] tu mujer no la llamarás más Sarai; Sara[x] será su nombre. 16 Yo la bendeciré y también te daré de ella un hijo. Sí, yo la bendeciré; ella será madre de naciones, y de ella procederán reyes de pueblos.

17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió diciendo en su corazón: “¿A un hombre de cien años le ha de nacer un hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, dará a luz?”. 18 Luego Abraham dijo a Dios:

—¡Ojalá Ismael viva delante de ti!

19 Y Dios respondió:

—Ciertamente Sara tu mujer te dará un hijo, y llamarás su nombre Isaac[y]. Yo confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia después de él. 20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído: He aquí que lo bendeciré, lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Él engendrará doce príncipes, y yo lo constituiré en una gran nación. 21 Pero yo estableceré mi pacto con Isaac, que Sara te dará a luz por este tiempo, el próximo año.

Abraham aplica la circuncisión

22 Dios acabó de hablar con él y subió de donde estaba con Abraham. 23 Entonces Abraham tomó a Ismael su hijo, a todos los siervos nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero, a todo varón de las personas de la casa de Abraham; y aquel mismo día circuncidó el prepucio de ellos, como Dios le había dicho. 24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando circuncidó su prepucio. 25 Su hijo Ismael tenía trece años cuando fue circuncidado su prepucio. 26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. 27 Fueron circuncidados con él todos los varones de su casa, tanto los siervos nacidos en su casa como los comprados con dinero a los extranjeros.

Nueva promesa del nacimiento de Isaac

18 El SEÑOR se apareció a Abraham en el encinar de Mamre, cuando él estaba sentado en la entrada de la tienda, en el pleno calor del día. Alzó sus ojos y miró, y he aquí tres hombres que estaban de pie frente a él. Y al verlos, corrió desde la entrada de la tienda para recibirlos, y se postró a tierra. Y dijo:

—Señor, si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, no pases de largo a tu siervo. Que se traiga un poco de agua para que laven sus pies y se recuesten debajo del árbol. Yo traeré un pedazo de pan, y repondrán sus fuerzas y después proseguirán; porque para esto han pasado cerca de su siervo.

Ellos dijeron:

—Sí; haz así como dices.

Entonces Abraham fue de prisa a la tienda de Sara y le dijo:

—Toma rápidamente veinte kilos de harina fina, amásala y prepara unas tortas.

Luego corrió Abraham a donde estaban las vacas y tomó un ternero tierno y bueno, y se lo dio al mozo; y este se dio prisa para prepararlo. Después tomó mantequilla, leche y el ternero que había preparado, y lo puso delante de ellos. Y mientras comían, él se quedó de pie junto a ellos debajo del árbol. Ellos le preguntaron:

—¿Dónde está Sara tu mujer?

Él respondió:

—Adentro, en la tienda.

10 Entonces dijo:

—Ciertamente volveré a ti de aquí a un año, y he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo.

Sara escuchaba junto a la entrada de la tienda que estaba detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ancianos, de edad avanzada. A Sara le había cesado ya la regla de las mujeres. 12 Y Sara se reía dentro de sí, diciendo: “Después que he envejecido, ¿tendré placer, siendo también anciano mi señor?”.

13 Entonces el SEÑOR dijo a Abraham:

—¿Por qué se ríe Sara, diciendo: “¿Realmente he de dar a luz siendo vieja?”. 14 ¿Acaso existe para el SEÑOR alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, de aquí a un año, y Sara habrá tenido un hijo.

15 Entonces Sara, porque tuvo miedo, negó diciendo:

—No me he reído.

Pero él dijo:

—No, sino que sí te has reído.

Abraham pide por Sodoma y Gomorra

16 Los hombres se levantaron de allí y miraron hacia Sodoma. Abraham iba con ellos para despedirlos.

17 Entonces el SEÑOR dijo:

—¿He de encubrir a Abraham lo que voy a hacer, 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y poderosa, y que en él han de ser benditas todas las naciones de la tierra? 19 Porque yo lo he escogido y sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, practicando la justicia y el derecho, para que el SEÑOR haga venir sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 20 —Además el SEÑOR dijo—: Ciertamente el clamor de Sodoma y de Gomorra es grande, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo. 21 Descenderé, pues, para ver si han consumado su maldad, según el clamor que ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.

22 Los hombres partieron de allí y se fueron a Sodoma. Pero Abraham quedó todavía delante del SEÑOR. 23 Entonces Abraham se acercó y dijo:

—¿Destruirás también al justo con el culpable? 24 Quizás haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿la destruirás con todo y no perdonarás el lugar por causa de los cincuenta justos que estén dentro de ella? 25 Lejos esté de ti hacer tal cosa: hacer morir al justo con el culpable, y que el justo sea tratado como el culpable. ¡Lejos esté de ti! El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?

26 Entonces respondió el SEÑOR:

—Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré todo el lugar en consideración a ellos.

27 Intervino Abraham y dijo:

—He aquí, ya que he comenzado a hablar con mi Señor, a pesar de que soy polvo y ceniza, 28 quizás falten cinco para ser cincuenta justos. ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad?

Le respondió:

—No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco.

29 Volvió a hablarle diciendo:

—Quizás se encuentren allí cuarenta…

Y respondió:

—No lo haré en consideración a los cuarenta.

30 Abraham le dijo:

—Por favor, no se enoje mi Señor si hablo: Quizás se encuentren allí treinta…

Y respondió:

—No lo haré, si encuentro allí treinta.

31 Y dijo:

—He aquí, ya que he empezado a hablar a mi Señor, quizás se encuentren allí veinte…

Y respondió:

—No la destruiré en consideración a los veinte.

32 Volvió a decir:

—Por favor, no se enoje mi Señor, si hablo solo una vez más: Quizás se encuentren allí diez…

Y respondió:

—No la destruiré en consideración a los diez.

33 Y el SEÑOR se fue luego que acabó de hablar con Abraham. Y Abraham regresó a su lugar.

Lot y sus hijas son librados de la ruina

19 Los dos ángeles llegaron a Sodoma al anochecer. Lot estaba sentado junto a la puerta de Sodoma, y al verlos se levantó Lot para recibirlos postrándose a tierra. Y les dijo:

—He aquí, señores míos, vengan, por favor, a la casa de su siervo; pasen la noche y lávense sus pies. Por la mañana se levantarán temprano y seguirán su camino.

Pero ellos respondieron:

—No, sino que pasaremos la noche en la calle.

Pero él les insistió mucho; así que fueron con él y entraron en su casa. Él les preparó un banquete; hizo panes sin levadura y comieron. Pero antes de que se acostaran, los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo, rodearon la casa. Y llamaron a Lot y le dijeron:

—¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácanoslos, para que los conozcamos.

Entonces Lot salió a ellos a la puerta, cerró la puerta detrás de sí y dijo:

—¡Por favor, hermanos míos, no hagan tal maldad! He aquí tengo dos hijas que todavía no han conocido varón: Las sacaré, pues, y hagan con ellas como les parezca; solo que no hagan nada a estos hombres, porque para esto han venido a la sombra de mi techo.

Ellos respondieron:

—¡Quítate de ahí! —Y añadieron—: Este vino aquí para residir como forastero, ¿y ahora habrá de erigirse como juez? Ahora te haremos a ti más daño que a ellos.

Insistieron mucho con el hombre, con Lot, y se acercaron para romper la puerta.

Footnotes

  1. Génesis 2:23 Heb., ishah, femenino de ish, varón.
  2. Génesis 3:20 Significa viviente.
  3. Génesis 3:21 O: el hombre.
  4. Génesis 4:1 Suena parecido a la palabra que significa adquirir.
  5. Génesis 4:8 Pent. Sam. y vers. antiguas tienen Caín dijo a su hermano Abel: “Vayamos al campo”.
  6. Génesis 4:15 Según vers. antiguas; heb., por tanto.
  7. Génesis 4:22 Según Targum; heb., pulidor.
  8. Génesis 4:25 Significa sustitución.
  9. Génesis 4:26 Significa ser humano.
  10. Génesis 5:29 Significa aliviar o consolar.
  11. Génesis 7:13 Algunas vers. antiguas tienen con él.
  12. Génesis 10:4 Según Pent. Sam., algunos mss. más y LXX; cf. 1 Crón. 1:7; TM, Dodanim; se identifica con Rodas.
  13. Génesis 10:23 LXX tiene Mesec; cf. 1 Crón. 1:17.
  14. Génesis 10:25 Significa división.
  15. Génesis 11:9 Nombre hebreo de Babilonia; significa Puerta de Dios, pero suena parecido a una palabra hebrea que significa confundir.
  16. Génesis 14:14 Cf. LXX; heb., de significado oscuro.
  17. Génesis 15:2 Lit., Señor YHWH.
  18. Génesis 15:8 Lit., Señor YHWH.
  19. Génesis 16:11 Significa Dios escucha.
  20. Génesis 16:14 Significa pozo del Viviente que me ve.
  21. Génesis 17:5 Significa padre excelso.
  22. Génesis 17:5 Significa padre excelso de una multitud.
  23. Génesis 17:15 Significa princesa mía.
  24. Génesis 17:15 Significa princesa.
  25. Génesis 17:19 Proviene del verbo reír.