Génesis 28:10-19
La Palabra (Hispanoamérica)
El sueño de Jacob en Betel
10 Jacob partió de Berseba y se dirigió a Jarán. 11 Cuando el sol se puso, se detuvo a pasar la noche en el lugar donde estaba. Tomó una piedra de las que había por allí, se la puso de cabezal y se acostó en aquel lugar. 12 Y tuvo un sueño: vio una escalinata que, apoyada en tierra, alcanzaba el cielo por el otro extremo. Por ella subían y bajaban los ángeles del Señor. 13 El Señor estaba en pie sobre ella y le decía:
— Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abrahán y el Dios de Isaac; yo te daré a ti y a tu descendencia la tierra sobre la que estás acostado. 14 Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra: te extenderás a oriente y a occidente, al norte y al sur. Por ti y tu descendencia todos los pueblos de la tierra serán benditos. 15 Yo estoy contigo; te protegeré adondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra, porque no te abandonaré hasta que haya cumplido lo que te he prometido.
16 Al despertar Jacob de su sueño, pensó:
— ¡Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!
17 Y añadió aterrorizado:
— ¡Qué lugar más temible es este! ¡Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo!
18 A la mañana siguiente Jacob se levantó temprano, tomó la piedra que había usado de cabezal, la erigió como piedra votiva y la consagró ungiéndola con aceite. 19 Y llamó a aquel lugar Betel —es decir, Casa de Dios—. El nombre que anteriormente tenía la ciudad era Luz, pero Jacob le cambió este nombre por el de Betel.
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