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Agar e Ismael son despedidos

El niño creció, y fue destetado. El día que Isaac fue destetado, Abrahán ofreció un gran banquete. Pero Sara vio que el hijo que Agar, la egipcia, le había dado a luz a Abrahán se burlaba de su hijo, 10 así que le dijo a Abrahán:

«Despide a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de una sierva no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac.»(A)

11 Estas palabras le parecieron muy preocupantes a Abrahán, por causa de su hijo. 12 Pero Dios le dijo a Abrahán:

«No te preocupes demasiado por causa del niño ni de tu sierva. Hazle caso a Sara en todo lo que te diga, pues por medio de Isaac te vendrá descendencia;(B) 13 aunque también del hijo de la sierva haré una nación, porque es descendiente tuyo.»

14 Al día siguiente Abrahán madrugó, tomó pan y un odre con agua, y luego de ponérselo a Agar en el hombro, le entregó el niño y la despidió. Y ella salió y anduvo sin rumbo fijo por el desierto de Berseba. 15 Cuando le faltó agua al odre, tendió al niño bajo un arbusto 16 y fue a sentarse frente a él a la distancia de un tiro de arco, pues decía: «No quiero ver cuando el niño muera.» Ya sentada frente a él, prorrumpió en llanto. 17 Pero Dios oyó la voz del niño. Entonces el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo:

«¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, que Dios ha oído la voz del niño ahí donde está. 18 Vamos, levanta al niño y sosténlo de la mano, porque yo haré de él una gran nación.»

19 Y Dios le abrió los ojos, y ella vio un manantial; entonces fue y llenó el odre con agua, y le dio de beber al niño. 20 Y Dios estaba con el niño, y éste creció y se estableció en el desierto, y fue tirador de arco. 21 Ya establecido en el desierto de Parán, su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.

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