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Rebeca llega a ser esposa de Isaac

24 Abraham era ya anciano y muy avanzado en años, y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todo. Entonces Abraham dijo a un siervo suyo, el más viejo de su casa y que administraba todo lo que tenía:

—Por favor, pon tu mano debajo de mi muslo, y te haré jurar por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de las hijas de los cananeos entre los cuales habito. Más bien, irás a mi tierra, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.

Su siervo le respondió:

—Quizás la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿He de hacer volver a tu hijo a la tierra de donde saliste?

Abraham le dijo:

—Guárdate, no sea que hagas volver a mi hijo allá. El SEÑOR, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, y que me habló y me juró diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, él enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allí una mujer para mi hijo. Pero si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás libre de este juramento mío. Solamente que no hagas volver allá a mi hijo.

Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto. 10 Y el siervo tomó diez de los camellos de su señor, y se fue llevando consigo toda clase de cosas preciadas de su señor. Partió y se fue a Siria mesopotámica, a la ciudad de Nacor, 11 e hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua. Era la hora del atardecer, cuando las jóvenes salían para sacar agua. 12 Y dijo:

—SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, haz, por favor, que hoy ocurra algo en mi presencia. Muestra bondad para mi señor Abraham. 13 He aquí que yo estoy junto al manantial de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad vendrán para sacar agua. 14 Sea, pues, que la joven a quien yo diga: “Por favor, baja tu cántaro para que yo beba”, y ella responda: “Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos”; sea ella la que tú has destinado para tu siervo, para Isaac. En esto conoceré que has tenido misericordia de mi señor.

15 Y aconteció que cuando él aún no había acabado de hablar, he aquí que con su cántaro sobre el hombro venía Rebeca, que le había nacido a Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham. 16 La joven era muy hermosa; era virgen, a quien ningún hombre había conocido. Ella descendió al manantial, llenó su cántaro y subía. 17 Entonces el siervo corrió hacia ella y le dijo:

—Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro.

18 Y ella respondió:

—Bebe, señor mío.

Se apresuró a bajar su cántaro a su mano y le dio de beber. 19 Cuando acabó de darle de beber, agregó:

—También sacaré agua para tus camellos, hasta que acaben de beber.

20 Se dio prisa, vació su cántaro en el abrevadero y corrió otra vez al pozo para sacar agua. Y sacó para todos sus camellos. 21 El hombre la observaba en silencio para saber si el SEÑOR había dado éxito a su viaje o no. 22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le obsequió un pendiente de oro que pesaba cinco gramos y medio y dos brazaletes de oro para sus brazos, que pesaban ciento diez gramos. 23 Y le preguntó:

—¿De quién eres hija? Dime, por favor, ¿habrá lugar en la casa de tu padre donde podamos alojarnos?

24 Ella respondió:

—Yo soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. 25 —Y añadió—: También en nuestra casa hay paja y mucho forraje, y lugar para alojarse.

26 Entonces el hombre se inclinó y adoró al SEÑOR 27 diciendo:

—¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no apartó de mi señor su misericordia y su verdad! En el camino el SEÑOR me guió hacia la casa de los hermanos de mi señor.

28 La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre. 29 Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, hacia el manantial. 30 Sucedió que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que decía: “Así me habló aquel hombre”, vino a él, y he aquí que él estaba junto a los camellos, al lado del manantial. 31 Y le dijo:

—Ven, bendito del SEÑOR. ¿Por qué estás ahí fuera? Yo he preparado la casa y el lugar para los camellos.

32 Entonces el hombre fue a la casa. Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje. Luego trajo agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que venían con él. 33 También puso comida delante de él, pero él dijo:

—No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir.

Labán le dijo:

—Habla.

34 Entonces dijo:

—Yo soy siervo de Abraham. 35 El SEÑOR ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha enriquecido. Le ha dado ovejas, vacas, plata, oro, siervos, siervas, camellos y asnos. 36 Y Sara, mujer de mi señor, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo lo que tiene. 37 Y mi señor me hizo jurar diciendo: “No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuya tierra habito. 38 Más bien, irás a la casa de mi padre, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo”. 39 Yo dije a mi señor: “Quizás la mujer no quiera venir conmigo”. 40 Entonces me respondió: “El SEÑOR, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él dará éxito a tu viaje. Tú tomarás una mujer para mi hijo, de mi familia, de la casa de mi padre. 41 Entonces, cuando hayas llegado a mi familia, quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la den, también quedarás libre de mi juramento”.

42 »Llegué, pues, hoy al manantial y dije: “SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, por favor, si has de dar éxito a mi viaje en el cual ando, 43 he aquí que yo estoy junto al manantial de agua. Que la joven que venga para sacar agua y a quien yo diga: ‘Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro’, 44 y ella me responda: ‘Bebe tú, y también sacaré agua para tus camellos’, que sea ella la mujer que el SEÑOR ha destinado para el hijo de mi señor”. 45 Y antes que acabara de hablar en mi corazón, he aquí que Rebeca venía con su cántaro sobre su hombro. Luego descendió al manantial y sacó agua. Entonces le dije: “Por favor, dame de beber”. 46 Y ella bajó rápidamente su cántaro de encima de su hombro y dijo: “Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos”. Yo bebí, y ella también dio de beber a mis camellos. 47 Entonces le pregunté: “¿De quién eres hija?”. Y ella respondió: “Soy hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca”. Yo puse el pendiente en su nariz y los brazaletes en sus brazos. 48 Y me incliné y adoré al SEÑOR. Bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me guió por el camino acertado para tomar la hija del hermano de mi señor, para su hijo. 49 Ahora pues, si ustedes van a mostrar misericordia y verdad para con mi señor, declárenmelo. Si no, declárenmelo también, y yo me iré a la derecha o a la izquierda.

50 Entonces Labán y Betuel respondieron diciendo:

—¡Del SEÑOR procede esto! No podemos decirte si es malo o si es bueno. 51 He aquí que Rebeca está delante de ti; tómala y vete. Sea ella la mujer del hijo de tu señor, como ha dicho el SEÑOR.

52 Y aconteció que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras, se postró a tierra delante del SEÑOR. 53 Luego sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, y se los dio a Rebeca. También dio obsequios preciosos a su hermano y a su madre. 54 Después comieron y bebieron él y los hombres que habían venido con él, y pasaron la noche. Y levantándose de mañana, dijo:

—Permítanme regresar a mi señor.

55 Entonces respondieron su hermano y su madre:

—Que la joven espere siquiera unos diez días más con nosotros, y después irá.

56 Pero él les dijo:

—No me hagan demorar; ya que el SEÑOR ha dado éxito a mi viaje, déjenme ir para que vaya a mi señor.

57 Ellos le respondieron:

—Llamemos a la joven y preguntémosle lo que piensa.

58 Llamaron a Rebeca y le preguntaron:

—¿Irás tú con este hombre?

Ella les respondió:

—Sí, iré.

59 Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, a su nodriza, al siervo de Abraham y a sus hombres. 60 Y bendijeron a Rebeca diciéndole:

—Tú eres nuestra hermana. Que seas madre de millares de decenas de millares. Que tus descendientes posean las ciudades de sus enemigos.

61 Entonces se levantaron Rebeca y sus criadas, subieron a los camellos y siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebeca y se fue.

62 Aconteció que Isaac venía del pozo Beer-lajai-roí[a], porque habitaba en el Néguev. 63 Hacia el atardecer Isaac había salido al campo para meditar, y alzando sus ojos miró, y he aquí unos camellos que venían. 64 También Rebeca alzó sus ojos, vio a Isaac y descendió del camello. 65 Porque había preguntado al siervo: “¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?”, y el siervo había respondido: “Él es mi señor”. Entonces ella tomó el velo y se cubrió.

66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Luego Isaac la introdujo en la tienda de Sara, su madre, y tomó a Rebeca, que vino a ser su mujer; y él la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

Otros descendientes de Abraham

25 Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Quetura. Ella le dio a luz a Zimrán, a Jocsán, a Medán, a Madián, a Isbac y a Súaj. Jocsán engendró a Seba y a Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asureos, los letusitas y los leumitas. Los hijos de Madián fueron: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Eldaa. Todos estos fueron hijos de Quetura.

Abraham dio a Isaac todo lo que tenía, pero a los hijos de sus concubinas les dio obsequios. Y mientras él vivía, los apartó de su hijo Isaac, enviándolos al este, a la tierra del oriente.

Abraham es sepultado en Macpela

Los años de la vida de Abraham fueron ciento setenta y cinco. Y falleció Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido a su pueblo. Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo que perteneciera a Efrón hijo de Zojar el heteo, que está frente a Mamre, 10 campo que Abraham había comprado a los hijos de Het. Allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer.

11 Sucedió después de la muerte de Abraham, que Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitaba Isaac junto al pozo de Beer-lajai-roí.

Descendientes de Ismael

12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, que le dio a luz Agar la egipcia, sierva de Sara. 13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres, según sus descendientes: El primogénito de Ismael fue Nebayot. Después nacieron Quedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Masá, 15 Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedema. 16 Estos fueron los hijos de Ismael y sus nombres según sus aldeas y campamentos: doce jefes según sus naciones.

17 Los años de la vida de Ismael fueron ciento treinta y siete, y falleció y fue reunido a su pueblo. 18 Y sus descendientes habitaron desde Havila hasta Shur, que está frente a Egipto, en dirección de Asur.

Se estableció, pues, frente a todos sus hermanos[b].

Nacimiento de Esaú y de Jacob

19 Esta es la historia de Isaac hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca hija de Betuel el arameo, de Padan-aram, y hermana de Labán el arameo.

21 Isaac rogó al SEÑOR por su mujer, que era estéril. El SEÑOR accedió a su ruego, y Rebeca su mujer concibió.

22 Como los hijos se empujaban dentro de ella, dijo:

—Si es así, ¿para qué he de vivir?

Ella fue a consultar al SEÑOR, 23 y el SEÑOR le dijo:

—Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.

24 Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre. 25 Y salió el primero, rojizo y todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú[c]. 26 Después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob[d]. Isaac tenía sesenta años de edad cuando ella los dio a luz.

Jacob compra la primogenitura de Esaú

27 Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser experto en la caza, hombre del campo. Jacob, por su lado, era hombre tranquilo y solía permanecer en las tiendas. 28 Isaac prefería a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca prefería a Jacob.

29 Cierto día Jacob preparó un guisado. Y cuando Esaú volvía del campo, cansado, 30 dijo a Jacob:

—Por favor, invítame a comer de ese guiso rojo[e], pues estoy muy cansado.

Por eso fue llamado su nombre Edom[f]. 31 Y Jacob respondió:

—Véndeme primero tu primogenitura.

32 Entonces Esaú dijo:

—He aquí que yo me voy a morir; ¿de qué, pues, me servirá la primogenitura?

33 Dijo Jacob:

—¡Júramelo ahora!

Él se lo juró y vendió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. Él comió y bebió, y levantándose, se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

El SEÑOR confirma su pacto a Isaac

26 Hubo hambre en el país, además de la primera que hubo en los días de Abraham. E Isaac se dirigió a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció el SEÑOR y le dijo:

—No desciendas a Egipto. Habita en la tierra que yo te diré. Reside en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes les daré todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que hice a tu padre Abraham. Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones.

Problemas de Isaac con Abimelec

Habitó, pues, Isaac en Gerar. Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer. Él respondió:

—Es mi hermana.

Tuvo miedo de decir: “Es mi mujer”, pues pensó: “No sea que los hombres del lugar me maten a causa de Rebeca”. Porque ella era hermosa.

Sucedió después de estar allí muchos días, que Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo:

—¡He aquí, de veras ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”?

Isaac le respondió:

—Es que pensé que quizás moriría a causa de ella.

10 Abimelec le dijo:

—¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad.

11 Entonces Abimelec dio órdenes a todo el pueblo diciendo:

—El que toque a este hombre o a su mujer, morirá irremisiblemente.

Isaac prospera en Gerar

12 Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. El SEÑOR lo bendijo, 13 y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico. 14 Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían envidia. 15 Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Abraham, en sus días. 16 Entonces Abimelec dijo a Isaac:

—Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.

17 Isaac se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí. 18 Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían cavado en los días de Abraham su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado. 19 Después los siervos de Isaac cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas. 20 Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac, diciendo:

—El agua es nuestra.

Por eso llamó al pozo Esec[g], porque allí riñeron con él. 21 Cavaron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna[h]. 22 Se alejó de allí y cavó otro pozo, y no contendieron por él. Él llamó su nombre Rejobot[i] diciendo:

—Porque ahora el SEÑOR nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.

Alianza de Isaac y Abimelec

23 De allí fue a Beerseba. 24 Y aquella noche se le apareció el SEÑOR y le dijo:

—Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abraham.

25 Él edificó allí un altar, invocó el nombre del SEÑOR e instaló allí su tienda. También allí los siervos de Isaac excavaron un pozo.

26 Entonces fue a él Abimelec, desde Gerar, acompañado por Ajuzat, amigo suyo, y Ficol, jefe de su ejército. 27 E Isaac les dijo:

—¿Por qué vienen a mí, ustedes que me han aborrecido y me han echado de en medio de ustedes?

28 Ellos respondieron:

—Claramente hemos visto que el SEÑOR está contigo y dijimos: “Por favor, haya un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros”. Hagamos una alianza contigo 29 de que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y como solo te hemos hecho bien y te despedimos en paz. Tú eres ahora bendito del SEÑOR.

30 Entonces él les hizo un banquete, y comieron y bebieron. 31 Después se levantaron temprano, e hicieron juramento el uno al otro. Luego Isaac los despidió, y ellos se alejaron de él en paz.

32 Aconteció que aquel mismo día vinieron los siervos de Isaac y le dieron noticias acerca del pozo que habían excavado. Y le dijeron:

—¡Hemos hallado agua!

33 Él lo llamó Seba[j]. Por esta razón el nombre de la ciudad es Beerseba[k] hasta el día de hoy.

34 Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a Basemat hija de Elón el heteo. 35 Estas fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.

Jacob usurpa la bendición de Esaú

27 Aconteció que cuando Isaac había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no podía ver. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:

—Hijo mío.

Él respondió:

—Heme aquí.

Le dijo:

—He aquí, yo ya soy viejo y no sé el día de mi muerte. Toma, pues, ahora tu equipo, tu aljaba y tu arco, y ve al campo a cazar algo para mí. Luego hazme un potaje como a mí me gusta. Tráemelo para que coma, y yo te bendiga antes que muera.

Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Cuando Esaú fue al campo para cazar lo que había de traer, Rebeca habló a su hijo Jacob diciendo:

—He aquí, he oído a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciendo: “Caza para mí y hazme un potaje para que coma y te bendiga en presencia del SEÑOR, antes de mi muerte”. Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando: Ve al rebaño y tráeme de allí dos buenos cabritos; y yo haré con ellos un potaje para tu padre, como a él le gusta. 10 Tú se lo llevarás a tu padre; y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.

11 Jacob dijo a Rebeca su madre:

—He aquí que Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy lampiño. 12 Quizás me palpe mi padre y me tenga por un farsante, y traiga sobre mí una maldición en vez de una bendición.

13 Su madre le respondió:

—Hijo mío, sobre mí recaiga tu maldición. Tú solamente obedéceme; ve y tráemelos.

14 Entonces él fue, tomó los cabritos y se los trajo a su madre. Y ella hizo un potaje como le gustaba a su padre. 15 Luego Rebeca tomó la ropa más preciada de Esaú, su hijo mayor, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor. 16 Y puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre el cuello, donde no tenía vello. 17 Luego puso el potaje y el pan, que había preparado, en las manos de Jacob su hijo. 18 Y él fue a su padre y le dijo:

—Padre mío.

Él respondió:

—Heme aquí. ¿Quién eres, hijo mío?

19 Jacob respondió a su padre:

—Yo soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Por favor, levántate, siéntate y come de mi caza, para que tú me bendigas.

20 Entonces Isaac preguntó a su hijo:

—¿Cómo es que pudiste hallarla tan pronto, hijo mío?

Él respondió:

—Porque el SEÑOR tu Dios hizo que se encontrara delante de mí.

21 E Isaac dijo a Jacob:

—Por favor, acércate y te palparé, hijo mío, a ver si tú eres mi hijo Esaú, o no.

22 Jacob se acercó a su padre Isaac, quien lo palpó y dijo:

—La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.

23 No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan velludas como las manos de su hermano Esaú, y lo bendijo. 24 Le preguntó:

—¿Eres tú realmente mi hijo Esaú?

Él respondió:

—Sí, yo soy.

25 Le dijo:

—Acércamela; comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga.

Jacob se la acercó e Isaac comió. Le trajo también vino y bebió. 26 Entonces le dijo su padre Isaac:

—Acércate, por favor, y bésame, hijo mío.

27 Él se acercó y lo besó. Y al percibir Isaac el olor de su ropa, lo bendijo diciendo:

—He aquí, el olor de mi hijo

es como el olor del campo

que el SEÑOR ha bendecido.

28 Dios te dé del rocío del cielo

y de lo más preciado de la tierra:

trigo y vino en abundancia.

29 Que los pueblos te sirvan,

y las naciones se postren ante ti.

Sé señor de tus hermanos

y póstrense ante ti los hijos de tu madre.

Sean malditos los que te maldigan

y benditos los que te bendigan.

30 Y sucedió luego que Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y cuando apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, que su hermano Esaú llegó de cazar. 31 Él también hizo un potaje, lo llevó a su padre y le dijo:

—Levántate, padre mío, y come de la caza de tu hijo, para que tú me bendigas.

32 Entonces su padre Isaac le preguntó:

—¿Quién eres tú?

Él respondió:

—Yo soy Esaú, tu hijo primogénito.

33 Isaac se estremeció fuertemente y dijo:

—¿Quién, pues, es el que vino aquí, que cazó y me trajo de comer, y yo comí de todo antes de que tú vinieras? ¡Yo lo bendije, y será bendito!

34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre:

—¡Bendíceme también a mí, padre mío!

35 Él dijo:

—Tu hermano vino con engaño y se llevó tu bendición.

36 Él respondió:

—¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob[l]? Pues ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora también se ha llevado mi bendición. —Y añadió—: ¿No te queda una bendición para mí?

37 Isaac respondió y dijo a Esaú:

—He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Lo he provisto de trigo y de vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío?

38 Esaú dijo a su padre:

—¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!

Y Esaú alzó su voz y lloró. 39 Entonces respondió Isaac su padre y le dijo:

—He aquí, será favorecido el lugar

que habites

con los más preciados productos de la tierra

y con el rocío del cielo arriba.

40 De tu espada vivirás

y a tu hermano servirás.

Pero sucederá que cuando adquieras dominio,

romperás su yugo sobre tu cuello.

Esaú planea matar a Jacob

41 Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que lo había bendecido su padre, y dijo en su corazón: “Se acercan los días de duelo por mi padre; entonces yo mataré a mi hermano Jacob”.

42 Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor. Ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo:

—He aquí que Esaú tu hermano planea vengarse de ti, matándote. 43 Ahora pues, hijo mío, obedéceme: Levántate y huye a mi hermano Labán, en Harán. 44 Pasa con él algún tiempo, hasta que el enojo de tu hermano se aplaque, 45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo mandaré a traerte de allá. ¿Por qué habré de ser privada de ustedes dos en un solo día?

Jacob huye a Padan-aram

46 Rebeca dijo a Isaac:

—Estoy hastiada de vivir por causa de las mujeres heteas: Si Jacob toma esposa de entre las mujeres heteas, de las mujeres de esta tierra, como estas, ¿para qué quiero la vida?

Footnotes

  1. Génesis 24:62 Cf. Gén. 16:14.
  2. Génesis 25:18 Cf. Gén. 16:12.
  3. Génesis 25:25 Significa velludo; también se llama Edom, rojo, cf. Gén. 25:30.
  4. Génesis 25:26 Proviene de la palabra hebrea que significa talón; también es parecido al verbo que significa suplantar; cf. Gén. 27:36; Ose. 12:3.
  5. Génesis 25:30 Lit., del rojo, este rojo.
  6. Génesis 25:30 Cf. 25:25.
  7. Génesis 26:20 Significa riña.
  8. Génesis 26:21 Significa contención.
  9. Génesis 26:22 Significa ensanche.
  10. Génesis 26:33 Significa juramento; cf. 21:31.
  11. Génesis 26:33 Significa pozo del juramento.
  12. Génesis 27:36 Cf. Gén. 25:26.

Así envió Isaac a Jacob, quien fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.

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12 Jacob dijo a Raquel que él era pariente de su padre y que era hijo de Rebeca. Y ella corrió y dio las noticias a su padre.

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Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut[a].

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Footnotes

  1. Génesis 35:8 Significa encina del llanto.

31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea.

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