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Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abrahán, su señor, y le hizo un juramento en cuanto a este asunto; 10 luego tomó diez de los camellos de su señor y se puso en camino. Llevaba consigo todos los mejores regalos que tenía su señor. Cuando llegó a la ciudad de Najor, en Mesopotamia, 11 hizo que los camellos se arrodillaran fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua. Era la hora de la tarde en que las jóvenes salen por agua. 12 Entonces dijo:

«Señor, Dios de mi señor Abrahán, te ruego que me concedas tener hoy un buen encuentro. Ten misericordia de mi señor Abrahán. 13 Mírame aquí, junto a la fuente de agua, ahora que las hijas de los hombres de esta ciudad salen por agua. 14 Permite que la joven a quien le diga: “Por favor, baja tu cántaro para que yo beba”, y que me responda: “Bebe, y también les daré de beber a tus camellos”, sea la joven que tú has elegido para tu siervo Isaac. Así sabré que tú has tenido misericordia de mi señor.»

15 Sucedió que, antes de que él acabara de hablar, apareció Rebeca, que había salido con su cántaro al hombro. Rebeca era hija de Betuel, quien era hijo de Milca, la mujer de Najor, el hermano de Abrahán. 16 Esta joven era de aspecto muy hermoso, y aún virgen, pues no había conocido varón; ella bajó a la fuente, llenó su cántaro, y se dispuso a volver. 17 Pero el criado corrió hacia ella y le dijo:

«Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.»

18 Ella respondió:

«Bebe, señor mío.»

Y presurosa bajó el cántaro que llevaba, y le dio a beber. 19 Cuando acabó de darle de beber, dijo:

«También sacaré agua para tus camellos, hasta que acaben de beber.»

20 Y rápidamente vació su cántaro en el bebedero, y todavía corrió al pozo para sacar agua, y sacó para todos los camellos. 21 El hombre estaba admirado de ella, pero callaba, para saber si el Señor había prosperado su viaje, o no. 22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le dio a ella un pendiente de oro que pesaba cinco gramos y dos brazaletes que pesaban cien gramos, 23 y le dijo:

«Dime, por favor, ¿de quién eres hija? ¿Y habrá en la casa de tu padre un lugar donde pasemos la noche?»

24 Ella le respondió:

«Soy hija de Betuel, el hijo que Milca tuvo de Najor.»

25 Y añadió:

«Además, en nuestra casa hay paja y mucho forraje, y lugar para pasar la noche.»

26 Entonces el hombre se inclinó y adoró al Señor.

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