⁴ Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis,

²⁶ »Además, no comeréis nada de sangre en ningún lugar donde habitéis, ni de aves ni de bestias.

¹¹ porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, pues la misma sangre es la que hace expiación por la persona.

¹³ Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, que cace un animal o un ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra,

¹⁴ porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los hijos de Israel: “No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre, y cualquiera que la coma será eliminado.”

²⁰ sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre,