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¡Maldito, sí, maldito sea
su enojo tan salvaje!
¡Yo los dispersaré por completo
en todo el pueblo de Israel!

»Judá, tus hermanos te alabarán.
Tomarás por el cuello a tus enemigos,
y tus propios hermanos te harán reverencias.
¡Tú, Judá, hijo mío!
Eres como un cachorro de león
cuando deja de devorar a su víctima:
se agacha, se echa en el suelo,
como si fuera un león grande.
¿Y quién se atreverá a molestarlo?

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