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y que siete espigas, menudas y quemadas por el viento del este, brotaron después de aquellas. Y las espigas menudas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Entonces Faraón despertó, y resultó que era un sueño.

Y por la mañana su espíritu estaba turbado(A), y mandó llamar a todos los magos[a](B), y a todos sus sabios de Egipto(C). Faraón les contó sus sueños[b], pero no hubo quien se los pudiera interpretar a Faraón(D).

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Footnotes

  1. Génesis 41:8 O sacerdotes adivinos.
  2. Génesis 41:8 Lit. su sueño.