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Ellos contestaron:

— Hemos tenido un sueño, y no tenemos quien nos lo interprete.

José les respondió:

— Dios es quien interpreta los sueños; contádmelos.

Entonces el copero mayor contó su sueño a José:

— En mi sueño veía una vid delante de mí, 10 que tenía tres sarmientos. La vid echó brotes y flores y las uvas iban madurando en los racimos.

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