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10 Esto le pareció muy malo a Dios, y lo mató también a él.

11 Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera, que no se casara por el momento y que se quedara en la casa de sus padres, hasta que Selá tuviera edad suficiente para casarse con ella. Realmente era una excusa, porque temía que su hijo menor también muriera al casarse con ella. Tamar, pues, volvió a vivir con sus padres.

12 Pasó el tiempo, y la esposa de Judá, que era hija de Súa, murió. Cuando terminó el tiempo del duelo, Judá y su amigo Hirá, el adulanita, fueron a Timnat a esquilar las ovejas.

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