Add parallel Print Page Options

38 Estos veinte años que he estado contigo nunca han abortado tus ovejas ni tus cabras ni yo comí ningún carnero de tu rebaño. 39 Jamás te traje los restos del animal despedazado, yo pagaba el daño. Lo robado, tanto de día como de noche, tú lo reclamabas de mi mano. 40 De día me consumía el calor, y de noche la helada; hasta el sueño huía de mis ojos.

Read full chapter