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32 La persona en cuyo poder halles tus dioses, que muera. Reconoce en presencia de nuestros parientes lo que yo tenga que sea tuyo, y llévatelo.

Jacob no sabía que era Raquel quien los había robado. 33 Entró, pues, Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en las tiendas de las dos siervas, y no los halló. Saliendo de la tienda de Lea, fue a la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel había tomado los ídolos, los había puesto en la montura de un camello y se había sentado encima de ellos. Labán, pues, rebuscó toda la tienda y no los halló.

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