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18 A la mañana siguiente Jacob se levantó muy temprano, tomó la piedra que había usado para recostar su cabeza, y se la dedicó a Dios, echándole aceite encima. 19 Y aunque al principio la ciudad donde estaba la piedra se llamaba Almendro, Jacob le puso por nombre Betel, que significa «casa de Dios».

20 Después Jacob hizo esta promesa:

«Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje, y me da comida y ropa,

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