Add parallel Print Page Options

Y, cuando la gente del lugar le preguntaba a Isaac acerca de su esposa, él respondía que ella era su hermana. Tan bella era Rebeca que Isaac tenía miedo de decir que era su esposa, pues pensaba que por causa de ella podrían matarlo.

Algún tiempo después, mientras Abimélec, el rey de los filisteos, miraba por una ventana, vio a Isaac acariciando a su esposa Rebeca. Entonces mandó llamar a Isaac y le dijo:

―¡Conque ella es tu esposa! ¿Por qué dijiste que era tu hermana?

―Yo pensé que por causa de ella podrían matarme —contestó Isaac.

Read full chapter