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y les dijo:

— Si es vuestra voluntad que entierre aquí a mi mujer difunta, os ruego que intercedáis por mí ante Efrón, el hijo de Sojar, para que me venda la cueva de Macpelá, que se encuentra en el extremo de su campo. Yo le pagaré lo que vale, y así tendré una sepultura en propiedad dentro de vuestro territorio.

10 Como Efrón, el hitita, estaba allí, entre ellos, contestó a Abrahán delante de sus paisanos hititas y de todos los que estaban reunidos a la puerta de la ciudad:

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