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6-7 Abram confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo:

—Yo soy tu Dios, y tú eres mío porque confías en mí. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para entregarte esta tierra.

Abram le respondió:

—¡Dios y Rey mío! ¿Cómo puedo estar seguro de que me la darás?

Entonces Dios le dijo:

—Para cerrar el trato, trae una vaca, una cabra y un carnero, de tres años cada uno. Y trae también una paloma y una tortolita.

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