Add parallel Print Page Options

Saludo

Pablo, apóstol (no de parte de hombres ni por medio de hombre, sino por Jesucristo y por medio de Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),

y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia:

Gracia y paz sean a vosotros, de parte de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo,

el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

No hay otro evangelio

Estoy asombrado de que tan pronto estéis desertando del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.

No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

El ministerio de Pablo

11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;

12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la devastaba;

14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.

15 Pero cuando Dios, que me había separado desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, tuvo a bien

16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,

17 ni subí a Jerusalén a presentarme a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.

18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para visitar a Pedro, y permanecí con él quince días;

19 pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.

20 En esto que os escribo, os aseguro delante de Dios que no miento.

21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia,

22 y no me conocían personalmente las iglesias de Judea, que eran en Cristo;

23 solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo trataba de destruir.

24 Y glorificaban a Dios por mí.

Introducción (1,1-10)

Saludo

Pablo, apóstol no por disposición ni intervención humana alguna, sino por encargo de Jesucristo y de Dios Padre que lo resucitó triunfante de la muerte, junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia. Que Dios Padre y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. Jesucristo ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre, a quien pertenece la gloria por siempre. Amén.

Sólo hay un mensaje de salvación

¡No salgo de mi asombro! ¡Hay que ver con qué rapidez habéis desertado de aquel que os llamó mediante la gracia de Cristo y os habéis pasado a otro mensaje! ¿Qué digo otro? Lo que pasa es que algunos os desconciertan intentando deformar el mensaje evangélico de Cristo. Pero sea quien sea —yo mismo o incluso un ángel venido del cielo— el que os anuncie un mensaje diferente del que yo os anuncié, ¡caiga sobre él la maldición! Os lo dije en otra ocasión y os lo repito ahora: si alguien os anuncia un mensaje distinto al que habéis recibido, ¡caiga sobre él la maldición! 10 ¿A quién pretendo yo ahora ganarme? ¿A quién busco agradar? ¿A Dios o a personas humanas? Si todavía tratase de seguir agradando a personas humanas, no sería siervo de Cristo.

I.— AUTORIDAD APOSTÓLICA DE PABLO (1,11—2,21)

La vocación de Pablo

11 Hermanos, quiero dejar bien claro que el mensaje proclamado por mí no es ninguna invención humana. 12 Ni lo recibí ni lo aprendí de persona humana alguna. Es Jesucristo mismo quien me lo ha revelado. 13 Ya conocéis mi antigua conducta, cuando aún militaba en las filas del judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios intentando aniquilarla. 14 Incluso sobresalí dentro del judaísmo por encima de muchos de mis compatriotas como fanático defensor de las tradiciones de mis antepasados. 15 Pero Dios, que me había elegido ya desde antes de mi nacimiento, me llamó por pura benevolencia 16 para revelarme a su Hijo y darme el encargo de anunciar su mensaje evangélico a los que no son judíos. No solicité entonces ningún consejo humano; 17 ni siquiera fui a Jerusalén para hablar con quienes eran apóstoles antes que yo, sino que me fui a la región de Arabia, de donde volví otra vez a Damasco. 18 Tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro y estuve con él quince días. 19 A ningún otro apóstol vi, aparte de Santiago, el hermano del Señor. 20 Dios es testigo de que no miento en nada de lo que os escribo. 21 Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 A todo esto, las iglesias cristianas de Judea seguían sin conocerme en persona. 23 Únicamente habían oído decir: “El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes pretendía aniquilar”. 24 Y alababan a Dios por causa mía.

Paul, an apostle, (not of men, neither by man, but by Jesus Christ, and God the Father, who raised him from the dead;)

And all the brethren which are with me, unto the churches of Galatia:

Grace be to you and peace from God the Father, and from our Lord Jesus Christ,

Who gave himself for our sins, that he might deliver us from this present evil world, according to the will of God and our Father:

To whom be glory for ever and ever. Amen.

I marvel that ye are so soon removed from him that called you into the grace of Christ unto another gospel:

Which is not another; but there be some that trouble you, and would pervert the gospel of Christ.

But though we, or an angel from heaven, preach any other gospel unto you than that which we have preached unto you, let him be accursed.

As we said before, so say I now again, if any man preach any other gospel unto you than that ye have received, let him be accursed.

10 For do I now persuade men, or God? or do I seek to please men? for if I yet pleased men, I should not be the servant of Christ.

11 But I certify you, brethren, that the gospel which was preached of me is not after man.

12 For I neither received it of man, neither was I taught it, but by the revelation of Jesus Christ.

13 For ye have heard of my conversation in time past in the Jews' religion, how that beyond measure I persecuted the church of God, and wasted it:

14 And profited in the Jews' religion above many my equals in mine own nation, being more exceedingly zealous of the traditions of my fathers.

15 But when it pleased God, who separated me from my mother's womb, and called me by his grace,

16 To reveal his Son in me, that I might preach him among the heathen; immediately I conferred not with flesh and blood:

17 Neither went I up to Jerusalem to them which were apostles before me; but I went into Arabia, and returned again unto Damascus.

18 Then after three years I went up to Jerusalem to see Peter, and abode with him fifteen days.

19 But other of the apostles saw I none, save James the Lord's brother.

20 Now the things which I write unto you, behold, before God, I lie not.

21 Afterwards I came into the regions of Syria and Cilicia;

22 And was unknown by face unto the churches of Judaea which were in Christ:

23 But they had heard only, That he which persecuted us in times past now preacheth the faith which once he destroyed.

24 And they glorified God in me.