26 Pero la Jerusalén de arriba(A) es libre; esta[a] es nuestra madre.
14 Porque no tenemos aquí una ciudad permanente(A), sino que buscamos la que está por venir(B).
2 Y vi la ciudad santa(A), la nueva Jerusalén(B), que descendía del cielo(C), de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo(D).
10 Entonces me llevó(A) en el Espíritu a un monte grande y alto(B), y me mostró la ciudad santa(C), Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
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