Print Page Options

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Read full chapter

No hagáis nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad considerad a los demás como superiores a vosotros mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.

Vuestra actitud debe ser como la de Cristo Jesús,

quien, siendo por naturaleza[a] Dios,
    no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
    tomando la naturaleza[b] de siervo
    y haciéndose semejante a los seres humanos.
Y, al manifestarse como hombre,
    se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
    ¡y muerte de cruz!

Read full chapter

Footnotes

  1. 2:6 por naturaleza. Lit. en forma de.
  2. 2:7 la naturaleza. Lit. la forma.

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,

quien, siendo por naturaleza[a] Dios,
    no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
    tomando la naturaleza[b] de siervo
    y haciéndose semejante a los seres humanos.
Y al manifestarse como hombre,
    se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
    ¡y muerte de cruz!

Read full chapter

Footnotes

  1. 2:6 por naturaleza. Lit. en forma de.
  2. 2:7 la naturaleza. Lit. la forma.

Nada hagáis por egoísmo[a](A) o por vanagloria(B), sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo(C), no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás(D). Haya, pues, en[b] vosotros esta actitud[c] que hubo también en Cristo Jesús(E), el cual, aunque existía en forma de Dios(F), no consideró el ser igual a Dios(G) como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo[d](H) tomando forma de siervo(I), haciéndose[e] semejante a los hombres(J). Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo(K), haciéndose obediente hasta la muerte(L), y muerte de cruz(M).

Read full chapter

Footnotes

  1. Filipenses 2:3 O, rivalidad
  2. Filipenses 2:5 O, entre
  3. Filipenses 2:5 O, sentir, o, esta manera de pensar
  4. Filipenses 2:7 Lit., se vació de sí mismo; i.e., renunció temporalmente a sus privilegios
  5. Filipenses 2:7 Lit., hecho

no hagan nada por orgullo o sólo por pelear. Al contrario, hagan todo con humildad, y vean a los demás como mejores a ustedes mismos. Nadie busque el bien sólo para sí mismo, sino para todos. Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo:

Aunque Cristo siempre fue igual a Dios,
no insistió en esa igualdad.

Al contrario,
renunció a esa igualdad,
y se hizo igual a nosotros,
haciéndose esclavo de todos.

Como hombre, se humilló a sí mismo
y obedeció a Dios hasta la muerte:
¡murió clavado en una cruz!

Read full chapter