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Maten a viejos, jóvenes, doncellas(A), niños y mujeres hasta el exterminio, pero no toquen a ninguno sobre quien esté la señal(B). Comenzarán por Mi santuario(C)». Comenzaron, pues, con los ancianos que estaban delante del templo. Entonces les dijo: «Profanen el templo y llenen de muertos los atrios(D). ¡Salgan!». Y salieron, y fueron hiriendo por la ciudad. Mientras herían, quedé yo solo y caí sobre mi rostro(E); clamé y dije: «¡Ah, Señor Dios! ¿Destruirás a todo el remanente de Israel derramando Tu furor sobre Jerusalén(F)?».

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