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Y seis hombres venían por el camino de la puerta superior que mira al norte, cada uno con su arma destructora en la mano. Entre ellos había un hombre vestido de lino(A) con una cartera de escribano a la cintura. Y entraron y se pusieron junto al altar de bronce.

Entonces la gloria del Dios de Israel subió del querubín sobre el cual había estado, hacia el umbral del templo(B). Y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura; y el Señor le dijo: «Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los hombres(C) que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella(D)».

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