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Visión de la matanza de los culpables

Entonces Dios gritó a mis oídos con gran voz, diciendo(A): «Acérquense, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano». Y seis hombres venían por el camino de la puerta superior que mira al norte, cada uno con su arma destructora en la mano. Entre ellos había un hombre vestido de lino(B) con una cartera de escribano a la cintura. Y entraron y se pusieron junto al altar de bronce.

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