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¡Volveré a colocar músculos y tendones sobre ustedes y los cubriré con piel! ¡Pondré aliento en ustedes y volverán a respirar y a vivir y sabrán que yo soy el Señor!”».

Así pues, dije estas palabras de Dios, tal como él me mandó a hacerlo, y repentinamente hubo un ruido de agitación por todo el valle y los huesos de cada cuerpo se juntaron y se unieron tal como antes. Luego, mientras observaba, los músculos y la carne se formaron sobre los huesos y la piel los cubrió, pero los cuerpos no tenían aliento, que es la vida.

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