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Con sus ramas extendidas llegó a ser muy grande y hermoso, porque estaba plantado junto a muchas aguas. No había en el huerto de Dios cedro que lo cubriera;(A) las ramas de las hayas no eran comparables a las suyas, ni el ramaje de los castaños se le podía comparar. ¡Ningún árbol del huerto de Dios era semejante a él en hermosura! Con su tupido ramaje yo lo embellecí; todos los árboles que estaban en Edén, en el huerto de Dios, lo envidiaban.»

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