Add parallel Print Page Options

Porque su maldad es evidente a todos, audazmente da muerte a quien le da la gana, dejando sangre de las víctimas sobre las rocas a la vista de todos; ni siquiera procura cubrirla. Y yo la he dejado allí sin cubrir; para que esa sangre sea como una acusación a mí contra ella y despierte mi cólera y deseos de someterla a juicio severo.

»”¡Ay de Jerusalén, Ciudad de Homicidas, apilaré la leña debajo de ella!

Read full chapter