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La ciudad está empapada en su sangre,
    pues ella la derramó sobre la roca desnuda;
no la derramó por el suelo,
    para impedir que el polvo la cubriera.
Sobre la roca desnuda he vertido su sangre,
    para que no quede cubierta.
Así haré que se encienda mi ira,
    y daré lugar a mi venganza.

»”Porque así dice el Señor omnipotente:

»”¡Ay de la ciudad sanguinaria!
    Yo también amontonaré la leña.

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