Muerte de la esposa de Ezequiel

15 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: 16 «Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe el deleite de tus ojos. Pero no llores ni hagas lamentos, ni dejes tampoco que te corran las lágrimas. 17 Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos. Átate el turbante, cálzate los pies y no te cubras la barba ni comas el pan de duelo».

18 Por la mañana hablé al pueblo y por la tarde murió mi esposa. A la mañana siguiente, hice lo que se me había ordenado.

19 La gente del pueblo me preguntó: «¿No nos vas a explicar qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo?».

20 Yo les contesté: «El Señor me dirigió la palabra y me ordenó 21 advertirle al pueblo de Israel que así dice el Señor y Dios: “Voy a profanar mi santuario, orgullo de su fortaleza, el Templo que les deleita la vista y en el que depositan su afecto. Los hijos y las hijas que ustedes dejaron morirán a filo de espada, 22 y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba ni comerán el pan de duelo. 23 Llevarán el turbante sobre la cabeza y se calzarán los pies. No llorarán ni harán lamentos, sino que se consumirán a causa de sus pecados y gemirán unos con otros. 24 Ezequiel les servirá de señal y ustedes harán lo mismo que él hizo. Cuando esto suceda, sabrán que yo soy el Señor y Dios”.

25 »Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fortaleza, su alegría y su gozo, la delicia de sus ojos, el deseo de su corazón y a sus hijos e hijas, 26 vendrá un fugitivo a comunicarte la noticia. 27 Ese mismo día se te soltará la lengua y no callarás más. Entonces podrás hablar con el fugitivo; servirás de señal para ellos y sabrán que yo soy el Señor».

Profecía contra Amón

25 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, pon tu rostro contra los amonitas y profetiza contra ellos. Diles que presten atención a la palabra del Señor y Dios: “Ustedes se burlaron cuando vieron que mi santuario era profanado, que el país de Israel era devastado y que a los habitantes de Judá se los llevaban al exilio. Por eso yo los entregaré al poder de los pueblos del oriente. Ellos armarán sus campamentos y establecerán entre ustedes sus moradas; comerán sus frutos y beberán su leche. Convertiré a Rabá en un pastizal de camellos y a Amón en un corral de ovejas. Entonces sabrán ustedes que yo soy el Señor.

»”Así dice el Señor y Dios: Ustedes los amonitas aplaudieron, saltaron de alegría y, maliciosamente, se rieron de Israel. Por eso yo extenderé mi mano en su contra y los entregaré a las naciones como despojo. Los arrancaré de entre los pueblos y los destruiré por completo. Entonces sabrán ustedes que yo soy el Señor”».

Profecía contra Moab

«Así dice el Señor y Dios: Por cuanto Moab y Seír dicen: “Judá es igual a todas las naciones”, voy a abrir el flanco de Moab. De un extremo a otro la dejaré sin Bet Yesimot, Baal Megón y Quiriatayin, ciudades que son su orgullo. 10 Entregaré a Moab y a los amonitas en manos de los pueblos del oriente. De los amonitas no quedará ni el recuerdo entre la naciones; 11 y sobre Moab traeré castigo. Entonces sabrán que yo soy el Señor».

Profecía contra Edom

12 «Así dice el Señor y Dios: Porque Edom se vengó con alevosía de Judá y de esta manera resulta más grave su culpa. 13 Por eso, así dice el Señor y Dios: Extenderé mi mano contra Edom y exterminaré a hombres y animales. Lo dejaré en ruinas. Desde Temán hasta Dedán, todos morirán a filo de espada. 14 Por medio de mi pueblo Israel me vengaré de Edom. Mi pueblo hará con Edom lo que dicten mi ira y mi furor. Así conocerán lo que es mi venganza, afirma el Señor y Dios».

Profecía contra los filisteos

15 «Así dice el Señor y Dios: Los filisteos se vengaron con alevosía; con profundo desprecio intentaron destruir a Judá por causa de una antigua enemistad. 16 Por eso, así dice el Señor y Dios: Extenderé mi mano contra los filisteos. Exterminaré a los quereteos y destruiré a los que aún quedan en la costa del mar. 17 Mi venganza contra ellos será terrible. Los castigaré con mi ira. Y cuando ejecute mi venganza, sabrán que yo soy el Señor».

Profecía contra Tiro

26 En el onceavo mes del décimo segundo[a] año, en el primer día del mes, el Señor me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, Tiro ha dicho de Jerusalén: “¡Ah! Las puertas de las naciones se han derrumbado; sus puertas se me han abierto de par en par; ahora que está en ruinas yo prosperaré”. Por eso, así dice el Señor y Dios: Tiro, yo me declaro contra ti, y así como el mar levanta sus olas, voy a hacer que contra ti se levanten muchas naciones. Destruirán los muros de Tiro y derribarán sus torres. Hasta los escombros barreré de su lugar; ¡la dejaré como roca desnuda! ¡Quedará en medio del mar como un tendedero de redes! Yo, el Señor y Dios, lo afirmo. Tiro será despojo de las naciones y sus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

»Así dice el Señor y Dios: Desde el norte voy a traer contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes. Vendrá con un gran ejército de caballos, con carros de guerra y jinetes. Tus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Y construirá contra ti torres de asalto, levantará rampas para atacarte y alzará sus escudos. Atacará tus muros con arietes y con sus armas destruirá tus torres. 10 Sus caballos serán tan numerosos que te cubrirán de polvo. Tus muros temblarán por el estruendo de su caballería y de sus carros; cuando él entre por tus puertas, lo hará como se entra a una ciudad cuyos muros se han derrumbado. 11 Con los cascos de sus caballos pisoteará todas tus calles; matará a tu pueblo a filo de espada y tus sólidas columnas caerán por tierra. 12 Además, saquearán tus riquezas y robarán tus mercancías. Derribarán tus muros, demolerán tus suntuosos palacios y arrojarán al mar tus piedras, vigas y escombros. 13 Así pondré fin al ruido de tus canciones y no se volverá a escuchar la melodía de tus arpas. 14 Te convertiré en una roca desnuda, en un tendedero de redes y no volverás a ser edificada. Yo, el Señor, lo he dicho. Yo, el Señor y Dios, lo afirmo.

15 »Así dice el Señor y Dios a Tiro: Las naciones costeras temblarán ante el estruendo de tu caída, el gemido de tus heridos y la masacre de tus habitantes. 16 Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán los mantos y se despojarán de las vestiduras bordadas. Llenos de pánico se sentarán en el suelo; espantados por tu condición temblarán sin cesar 17 y sobre ti entonarán este lamento:

»“¡Cómo has sido destruida, ciudad famosa,
    habitada por gente del mar!
¡Tú en el mar eras poderosa!
    ¡Con tus habitantes infundías terror
    a todos los que vivan allí!
18 Ahora, en el día de tu caída,
    tiemblan los pueblos costeros
y las islas que están en el mar
    se aterrorizan ante tu debacle”.

19 »Así dice el Señor y Dios: Te convertiré en lugar de ruinas, como toda ciudad deshabitada. Haré que te cubran las aguas caudalosas del océano. 20 Te haré descender con los que descienden a la fosa; te haré habitar en lo más profundo de la tierra, en el país de eternas ruinas, con los que descienden a la fosa. No volverás a ser habitada ni reconstruida[b] en la tierra de los vivientes. 21 Te convertiré en objeto de espanto, y ya no volverás a existir. Te buscarán, pero jamás podrán encontrarte, afirma el Señor y Dios».

Lamento por la caída de Tiro

27 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, dedícale este lamento a Tiro, ciudad asentada junto al mar y que hace negocios con pueblos de muchas costas lejanas:

»Así dice el Señor y Dios:

»“Tú dices, Tiro:
    ‘Soy perfecta en hermosura’.
Tu dominio está en alta mar,
    tus constructores resaltaron tu hermosura.
Con cipreses del monte Senir
    hicieron todos tus entablados.
Con cedros del Líbano
    armaron tu mástil.
Con encinas de Basán
    construyeron tus remos,
y con cipreses de las costas de Chipre
    ensamblaron tu cubierta,
    la cual fue decorada con incrustaciones de marfil.
Con tela de lino bordada de Egipto hicieron tus velas
    y estas te sirvieron de bandera.
De las costas de Elisá trajeron
    telas de azul y carmesí para tu toldo.
Habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros.
    Los más hábiles timoneles de Tiro estaban a bordo.
Los hábiles veteranos de Guebal[c]
    repararon los daños en la nave.
Los marineros de todas las naves del mar
    negociaron con tus mercancías.

10 »”Hombres de Persia, Lidia y Fut
    militaron en tu ejército.
Te adornaron con escudos y cascos;
    ¡sacaron a relucir tu esplendor!
11 Los de Arvad y los de Jélec
    defendían los muros que te rodean
y los de Gamad estaban
    apostados en tus torres.
A lo largo de tus muros colgaban sus escudos,
    haciendo resaltar tu hermosura.

Footnotes

  1. 26:1 Lectura probable del texto hebreo original; el TM no incluye la frase mes del décimo segundo.
  2. 26:20 ni reconstruida (LXX); y daré gloria (TM).
  3. 27:9 Guebal. Es decir, Byblos.

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