Add parallel Print Page Options

(12) Y si acaso te preguntan por qué lloras, diles que es por la noticia de algo que está a punto de suceder, y que todo el mundo se quedará sin ánimo y dejará caer los brazos; nadie tendrá valor, a todos les temblarán las rodillas de miedo. Ya llega el momento, ya va a suceder. Yo, el Señor, lo afirmo.»

(13) El Señor se dirigió a mí, y me dijo: (14) «Tú, hombre, habla en nombre mío y di que yo, el Señor, te he ordenado decir:

»“¡La espada, la espada!
Ya está afilada y pulida.

Read full chapter