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Y tú, hijo de hombre, no temas; no les temas a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones(A). No temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde(B). Les hablarás Mis palabras, escuchen(C) o dejen de escuchar, porque son rebeldes(D).

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