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y los hijos son tercos y obstinados. Te voy a enviar a ellos para que les lleves mi mensaje. Les dirás: “Así dice el Señor DIOS”. Sea que te escuchen o no, porque son un pueblo rebelde, al menos sabrán que hay un profeta entre ellos. Tú, hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de lo que dicen, aunque sea como vivir entre cardos, espinas y escorpiones. No tengas miedo de sus palabras ni de su apariencia porque son unos rebeldes.

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