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Pero había otra águila grande,
    de gigantescas alas y abundante plumaje.
Y la vid volvió sus raíces
    y orientó sus ramas hacia ella,
para recibir más agua
    de la que ya tenía.
¡Había estado plantada en tierra fértil
    junto a aguas abundantes,
para echar retoños y dar frutos,
    y convertirse en una hermosa vid!

»Adviértele que así dice el Señor:

»¿Prosperará esa vid?
    ¿El águila no la arrancará de raíz?
¿No le quitará su fruto,
    y así la vid se marchitará?
Sí, los tiernos retoños se secarán.
    No hará falta un brazo fuerte ni mucha gente
    para arrancarla de cuajo.

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