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de modo que brotara y se hiciera
una vid frondosa, achaparrada;
sus sarmientos se inclinaron hacia el águila,
sus raíces le quedaron sometidas.
Se convirtió en cepa:
brotaron los vástagos,
se cubrió de sarmientos.
Pero había otra águila
de gran envergadura
y abundante plumaje.
Dobló la vid sus raíces
y las extendió hacia ella;
dirigió a ella sus sarmientos
para recibir más agua que en el bancal
donde estaba plantada.
Plantada en fértil campiña,
a la vera de aguas abundantes,
podía echar ramas y frutos,
ser una vid portentosa.

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