Add parallel Print Page Options

29 así que rendiste homenaje también a los dioses de esa tierra de comerciantes, Babilonia, y aún así no estabas satisfecha.

30 »Qué corazón tan ligero tienes, dice el Señor Dios, para hacer semejantes cosas, que ni la prostituta más descarada se atrevería a realizar. 31 Construyendo tus altares a los ídolos, tus burdeles sobre cada calle, has sido peor que una prostituta, ¡tan deseosa de cometer tus maldades que ni siquiera has cobrado por tu entrega!

Read full chapter