Ezequiel 16:42-17:24
Nueva Versión Internacional (Castilian)
42 Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo. 43 Yo te hago responsable de tu conducta por haberte olvidado de los días de tu infancia, por haberme irritado con todas estas cosas, y por haber agregado infamia a tus prácticas repugnantes. Lo afirma el Señor.
44 »”Los que acostumbran citar refranes dirán esto de ti: ‘De tal palo, tal astilla’. 45 Tú eres igual a tu madre, que despreció a su marido y a sus hijos; eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre era hitita, y vuestro padre, amorreo. 46 Tu hermana mayor es Samaria, ubicada al norte de ti con sus aldeas.[a] Tu hermana menor es Sodoma, ubicada al sur de ti con sus aldeas. 47 No solo has seguido su conducta, sino que has actuado según sus prácticas repugnantes. En poco tiempo llegaste a ser peor que ellas. 48 Yo, el Señor, lo juro por mí mismo: ni tu hermana Sodoma ni sus aldeas hicieron jamás lo que tú y tus aldeas habéis hecho. 49 Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía e indiferencia hacia el pobre y el indigente. 50 Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido. 51 ¡Pero ni Samaria ni sus aldeas cometieron la mitad de tus pecados! Tú te entregaste a más prácticas repugnantes que ellas, haciendo que ellas parecieran justas en comparación contigo. 52 Ahora tú, carga con tu desgracia; porque son tantos tus pecados que has favorecido a tus hermanas al hacerlas parecer más justas que tú. ¡Avergüénzate y carga con tu desgracia! Has hecho que tus hermanas parezcan más justas que tú.
53 »”Pero yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de Samaria, con sus respectivas aldeas, y haré lo mismo contigo. 54 Así cargarás con tu desgracia y te avergonzarás de todo lo que hiciste, y les servirás de consuelo. 55 Tú y tus dos hermanas, con vuestras respectivas aldeas, volveréis a ser como antes. 56 ¿Acaso no te burlabas de tu hermana Sodoma en tu época de orgullo, 57 antes de que se hiciera pública tu maldad? Ahora te has vuelto el hazmerreír de las aldeas edomitas y filisteas, ¡y por todas partes te desprecian! 58 Sobre tus hombros llevas el peso de tu infamia y de tus prácticas repugnantes. Lo afirma el Señor.
59 »”Así dice el Señor omnipotente: Te daré tu merecido, porque has menospreciado el juramento y quebrantado la alianza. 60 Sin embargo, yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo en los días de tu infancia, y estableceré contigo una alianza eterna. 61 Tú te acordarás de tu conducta pasada, y te avergonzarás cuando yo acoja[b] a tus hermanas, la mayor y la menor, para dártelas como hijas, aunque no participan de mi alianza contigo. 62 Yo estableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy el Señor. 63 Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad y te avergonzarás, y en tu humillación no volverás a jactarte. Lo afirma el Señor omnipotente”».
La vid y el águila
17 El Señor me habló diciendo: 2 «Hijo de hombre: Plantéale al pueblo de Israel este enigma, y nárrale esta parábola. 3 Adviértele que así dice el Señor:
»Llegó al Líbano un águila enorme,
de grandes alas, tupido plumaje y vivos colores.
Se posó sobre la copa de un cedro,
4 y arrancó el retoño más alto.
Lo llevó a un país de mercaderes,
y lo plantó en una ciudad de comerciantes.
5 Tomó luego semilla de aquel país
y la plantó en terreno fértil.
La sembró como a un sauce,
junto a aguas abundantes.
6 La semilla germinó
y se hizo una vid frondosa, de poca altura;
volvió sus ramas hacia el águila,
y hundió sus raíces bajo sí misma.
Así se convirtió en una vid
con retoños y exuberante follaje.
7 Pero había otra águila grande,
de gigantescas alas y abundante plumaje.
Y la vid volvió sus raíces
y orientó sus ramas hacia ella,
para recibir más agua
de la que ya tenía.
8 ¡Había estado plantada en tierra fértil
junto a aguas abundantes,
para echar retoños y dar frutos,
y convertirse en una hermosa vid!
9 »Adviértele que así dice el Señor:
»¿Prosperará esa vid?
¿El águila no la arrancará de raíz?
¿No le quitará su fruto,
y así la vid se marchitará?
Sí, los tiernos retoños se secarán.
No hará falta un brazo fuerte ni mucha gente
para arrancarla de cuajo.
10 ¿Prosperará aunque sea trasplantada?
¿Acaso el viento del este
no la marchitará cuando la azote?
¡Claro que sí se marchitará
en el lugar donde había nacido!»
11 El Señor me habló diciendo: 12 «Pregunta a este pueblo rebelde si tiene idea de lo que significa todo esto. Recuérdale que el rey de Babilonia vino a Jerusalén y se llevó a su país al rey de Judá y a sus funcionarios. 13 Luego tomó a uno de la familia real y lo obligó a firmar con él un tratado bajo juramento, y se llevó a la flor y nata del país. 14 Esto lo hizo para humillar a Judá. Así le impidió sublevarse y lo obligó a cumplir el tratado para poder subsistir. 15 Sin embargo, este príncipe se rebeló contra el rey de Babilonia, y envió mensajeros a Egipto para conseguir caballos y un numeroso ejército. ¿Y tendrá éxito y podrá escapar el que se atreva a hacer esto? ¿Acaso podrá violar el tratado y salir con vida? 16 ¡No, sino que morirá en Babilonia, el país del rey que lo hizo reinar y con quien hizo un juramento que no cumplió, y firmó un tratado que violó! Yo, el Señor omnipotente, lo juro por mí mismo. 17 Ni el faraón con su gran ejército y numerosas tropas podrá auxiliarlo en la guerra, cuando se levanten rampas y se construyan torres de asalto para matar a mucha gente. 18 El príncipe de Judá quebrantó el juramento y violó el tratado. Así que, por haber hecho todo esto a pesar de su compromiso, ¡no escapará!
19 »Por tanto, así dice el Señor omnipotente: “Juro por mí mismo que lo castigaré por haber faltado al juramento y violado el tratado. 20 Le tenderé mis redes, y caerá en mi trampa. Lo llevaré a Babilonia, y allí lo someteré a juicio por haberme sido infiel. 21 Lo mejor[c] de sus tropas caerá a filo de espada, y los que aún queden con vida serán esparcidos a los cuatro vientos. Así sabrán que yo, el Señor, lo he dicho.
22 »”Así dice el Señor omnipotente:
»”De la copa de un cedro tomaré un retoño,
de las ramas más altas arrancaré un brote,
y lo plantaré sobre un cerro muy elevado.
23 Lo plantaré sobre el cerro
más alto de Israel,
para que eche ramas y produzca fruto
y se convierta en un magnífico cedro.
Toda clase de aves anidará en él,
y vivirá a la sombra de sus ramas.
24 Y todos los árboles del campo
sabrán que yo soy el Señor.
Al árbol grande lo corto,
y al pequeño lo hago crecer.
Al árbol verde lo seco,
y al seco lo hago florecer.
Yo, el Señor, lo he dicho,
y lo cumpliré”».
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