Add parallel Print Page Options

»¡Hijo de hombre, gime delante del pueblo! Gime ante ellos con amarga angustia y el corazón destrozado. Cuando te pregunten por qué gimes, diles: “Gimo por la aterradora noticia que oí. Cuando se haga realidad, el corazón más valiente se derretirá de miedo; toda fuerza se desvanecerá. Todo espíritu decaerá; las rodillas fuertes se debilitarán como el agua. Y el Señor Soberano dice: ‘¡Está por llegar! ¡Ya está en camino!’”».

Entonces el Señor me dijo: «Hijo de hombre, da al pueblo el siguiente mensaje de parte del Señor:

»“Una espada, una espada
    está siendo afilada y pulida.
10 ¡Está siendo afilada para una masacre espantosa
    y pulida para destellar como un rayo!
¿Ahora te reirás?
    ¡Los más fuertes que tú han caído bajo su poder![a]
11 Sí, ahora mismo la espada está siendo afilada y pulida;
    se prepara para el verdugo.

12 »”Hijo de hombre, grita y laméntate;
    golpéate los muslos con angustia,
porque esa espada masacrará a mi pueblo y a sus líderes:
    ¡todos morirán!
13 ¡A todos los pondrá a prueba!
    ¿Qué posibilidad tienen ellos?[b]”,
    dice el Señor Soberano.

14 »Hijo de hombre, profetízales
    y bate las palmas.
Después toma la espada y esgrímela dos veces en el aire,
    incluso tres veces,
para simbolizar la gran masacre,
    la gran masacre que los amenaza por todas partes.
15 Que el corazón se les derrita de pavor,
    porque la espada reluce en cada puerta de la ciudad.
¡Destella como un rayo
    y está pulida para la matanza!
16 Oh espada, acuchilla a la derecha
    y luego a la izquierda;
corta por todas partes,
    corta por donde quieras.
17 Yo también batiré las palmas,
    y aplacaré mi furia.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!».

Presagios para el rey de Babilonia

18 Después recibí este mensaje del Señor: 19 «Hijo de hombre, dibuja un mapa y traza en él dos caminos para que los siga la espada del rey de Babilonia. Coloca una señal en el camino que sale de Babilonia, donde el sendero se divide en dos: 20 un camino con dirección a Amón y su capital, Rabá; y el otro camino rumbo a Judá y a Jerusalén, la ciudad fortificada. 21 El rey de Babilonia ahora se encuentra donde se dividen los dos caminos y está indeciso sobre a quién atacar: a Jerusalén o a Rabá. Así que él convoca a sus magos en busca de presagios para que le adivinen la suerte. Ellos revuelven las flechas de la aljaba y examinan hígados de animales sacrificados. 22 El presagio en su mano derecha le indica: “¡Jerusalén!”. Sus soldados irán con arietes contra las puertas de la ciudad, pidiendo a gritos la masacre. Levantarán torres de asalto y construirán rampas contra las murallas. 23 Los habitantes de Jerusalén pensarán que es un falso presagio, debido a su tratado con los babilonios; pero el rey de Babilonia le recordará a la gente su rebelión. Entonces los atacará y los capturará.

24 »Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: una y otra vez me hiciste recordar tu pecado y tu culpa. ¡Ni siquiera intentas ocultarlo! En todo lo que haces, tus pecados son evidentes, están a la vista de todos. ¡Por lo tanto, ya ha llegado la hora de tu castigo!

25 »Príncipe de Israel, corrupto y perverso, ¡ha llegado el día de tu juicio final! 26 Esto dice el Señor Soberano:

»“Quítate la corona de joyas,
    porque el antiguo orden está por cambiar.
Ahora los humildes serán exaltados,
    y los poderosos serán humillados.
27 ¡Destrucción! ¡Destrucción!
    Sin duda destruiré el reino.
Y no será restaurado hasta que aparezca
    aquel que tiene derecho a juzgarlo.
Entonces se lo entregaré a él”.

Mensaje para los amonitas

28 »Ahora, hijo de hombre, profetiza sobre los amonitas y sus burlas. Dales el siguiente mensaje de parte del Señor Soberano:

»“Una espada, una espada
    se desenvainó para tu masacre.
Está pulida para destruir,
    ¡y destella como un rayo!
29 Tus profetas han transmitido falsas visiones
    y tus adivinos han dicho mentiras.
La espada caerá sobre el cuello de los malvados,
    para quienes ya ha llegado el día del juicio final.

30 »”Ahora devuelve la espada a su vaina,
    porque en tu propio país,
la tierra donde naciste,
    dictaré mi sentencia contra ti.
31 Sobre ti derramaré mi furia
    y te soplaré con el fuego de mi enojo.
Te entregaré a hombres crueles,
    expertos en destrucción.
32 Serás leña para el fuego,
    y derramarán tu sangre en tu propia tierra.
¡Serás arrasado por completo,
    y no habrá más memoria de ti en la historia,
    porque yo, el Señor, he hablado!”».

Read full chapter

Footnotes

  1. 21:10 El significado del hebreo es incierto.
  2. 21:13 El significado del hebreo es incierto.

Y tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos y con amargura; gime delante de los ojos de ellos. Y cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú?, dirás: Por una noticia que cuando llegue hará que desfallezca todo corazón, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Di: La espada, la espada está afilada, y también pulida. 10 Para degollar víctimas está afilada, pulida está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo cualquiera. 11 Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada está afilada, y está pulida para entregarla en mano del matador. 12 Clama y lamenta, oh hijo de hombre; porque esta será sobre mi pueblo, será ella sobre todos los príncipes de Israel; caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere, pues, tu muslo; 13 porque está probado. ¿Y qué, si la espada desprecia aun al cetro? Él no será más, dice Jehová el Señor.

14 Tú, pues, hijo de hombre, profetiza, y bate una mano contra otra, y duplíquese y triplíquese el furor de la espada homicida; esta es la espada de la gran matanza que los traspasará, 15 para que el corazón desmaye, y los estragos se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ah! dispuesta está para que relumbre, y preparada para degollar. 16 Corta a la derecha, hiere a la izquierda, adonde quiera que te vuelvas. 17 Y yo también batiré mi mano contra mi mano, y haré reposar mi ira. Yo Jehová he hablado.

18 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 19 Tú, hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y pon una señal al comienzo de cada camino, que indique la ciudad adonde va. 20 El camino señalarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra Jerusalén, la ciudad fortificada. 21 Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado. 22 La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para dar la orden de ataque, para dar comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar vallados, y edificar torres de sitio. 23 Mas para ellos esto será como adivinación mentirosa, ya que les ha hecho solemnes juramentos; pero él trae a la memoria la maldad de ellos, para apresarlos.

24 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto habéis hecho traer a la memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto habéis venido en memoria, seréis entregados en su mano. 25 Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día ha llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad, 26 así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto. 27 A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré.

Juicio contra los amonitas

28 Y tú, hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor acerca de los hijos de Amón,(A) y de su oprobio. Dirás, pues: La espada, la espada está desenvainada para degollar; para consumir está pulida con resplandor. 29 Te profetizan vanidad, te adivinan mentira, para que la emplees sobre los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad. 30 ¿La volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te juzgaré, 31 y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré encender sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción. 32 Serás pasto del fuego, se empapará la tierra de tu sangre; no habrá más memoria de ti, porque yo Jehová he hablado.

Read full chapter