Éxodo 9:27-35
Nueva Biblia de las Américas
27 Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo(A): «Esta vez he pecado. El Señor es el justo(B), y yo y mi pueblo somos los impíos. 28 Rueguen al Señor(C), porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios. Los dejaré ir y no se quedarán(D) más aquí». 29 «Tan pronto como yo salga de la ciudad», le dijo Moisés, «extenderé mis manos[a](E) al Señor. Los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del Señor(F). 30 En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no temen[b] al[c] Señor Dios(G)».
31 Y el lino y la cebada fueron destruidos[d], pues la cebada estaba en espiga(H) y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos[e], por ser tardíos.
33 Salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos[f] al Señor, y los truenos y el granizo cesaron(I), y no cayó más[g] lluvia sobre la tierra. 34 Pero cuando Faraón vio que la lluvia y el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció[h] su corazón, tanto él como[i] sus siervos. 35 Y se endureció[j] el corazón de Faraón y no dejó ir a los israelitas, tal como el Señor había dicho por medio[k] de Moisés(J).
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