Add parallel Print Page Options

Novena Plaga: Las tinieblas

21 El Señor dijo a Moisés:

— Alza tu mano hacia el cielo, para que aparezcan sobre todo Egipto unas tinieblas tan densas que se puedan palpar.

22 Moisés así lo hizo, y se cernió sobre Egipto una espesa tiniebla que duró tres días. 23 Durante ese tiempo nadie pudo moverse, pues no se veían unos a otros; pero sí hubo luz donde vivían los israelitas. 24 Una vez más el faraón mandó llamar a Moisés y le dijo:

— Vayan con sus hijos a rendir culto al Señor, su Dios, pero dejen aquí sus ovejas y vacas.

25 Moisés respondió:

— Tienes que dejarnos llevar también las víctimas para los sacrificios y holocaustos en honor del Señor, nuestro Dios; 26 también nuestro ganado ha de venir con nosotros. No dejaremos aquí ni una sola res, porque debemos rendir culto al Señor, nuestro Dios, con las cosas que nos pertenecen; y hasta que no lleguemos allí, no sabremos qué es lo adecuado para rendirle culto.

27 El Señor hizo que el faraón se mantuviera intransigente y que no los dejara salir. 28 Dijo además el faraón a Moisés:

— ¡Fuera de aquí! Y no vuelvas nunca más a presentarte ante mí, pues el día en que aparezcas nuevamente por aquí, morirás.

29 A lo que Moisés respondió:

— Será como dices, no me verás nunca más.

Read full chapter