Ester griego 4:32-47
Dios Habla Hoy
32 [17k] «¡Señor mío, Rey de todos nosotros, tú eres único! Ayúdame, pues estoy sola; fuera de ti, no tengo a nadie que me ayude; estoy en gran peligro. 33 [17l] En mi niñez, estando con la gente de la tribu de mi padre, oía decir que tú, Señor, escogiste a Israel entre todas las naciones y a nuestros patriarcas entre todos los antepasados, para que fueran tu propiedad eterna, y que les cumpliste todo lo que les habías prometido. 34-35 [17m] Pero nosotros pecamos contra ti, y tú nos entregaste en poder de nuestros enemigos, porque dimos culto a sus dioses. Tú eres justo, Señor. 36-37 [17n] Pero nuestros enemigos no se contentaron con someternos a amarga esclavitud, sino que delante de sus dioses han jurado impedir que se cumplan tus promesas, y exterminar a tu propiedad haciendo callar los labios que te alaban, y acabar con el esplendor de tu templo y de tu altar. 38 [17ñ] Así podrían los paganos celebrar el poder de ídolos que no tienen ningún valor, y honrar eternamente a un rey de carne y hueso. 39 [17o] ¡No renuncies, Señor, a tu poder soberano en favor de dioses que no son nada! No dejes que los demás se rían al ver nuestra ruina. Haz que sus planes se vuelvan contra ellos mismos, y da un castigo ejemplar al hombre que inició este plan contra nosotros. 40 [17p] ¡Acuérdate, Señor! ¡Date a conocer en este momento de aflicción para nosotros, y dame valor, Rey de los dioses, Señor todopoderoso!
41 [17q] »Ayúdame a encontrar las palabras apropiadas cuando me enfrente al león. Haz que su odio hacia nosotros se convierta en odio hacia nuestro enemigo, y sean así exterminados él y todos los que piensan como él. 42 [17r] A nosotros, en cambio, sálvanos con tu poder; y a mí, que estoy sola, ayúdame, pues no tengo a nadie más fuera de ti, Señor.
43 [17s] »Tú lo sabes todo; tú sabes que aborrezco los honores de parte de los malvados, y que detesto ser esposa de un pagano y extranjero. 44 [17t] Tú conoces la difícil situación en que me encuentro. Tú sabes que detesto la insignia de reina que llevo en la cabeza cuando me presento en público; la detesto como un paño manchado de sangre impura, y cuando estoy sola nunca me la pongo. 45 [17u] Yo, tu sierva, nunca he comido en la mesa de Amam, ni he apreciado los banquetes del rey, ni he tomado del vino que ofrece a sus dioses. 46 [17v] Desde que me trajeron aquí hasta ahora, nunca he sentido alegría en otro fuera de ti, Señor, Dios de Abraham. 47 [17w] Tú, oh Dios, que tienes poder sobre todos, escucha las súplicas de los que están sin esperanza, y líbranos del poder de los malvados; y a mí, líbrame del peligro que temo.»
Read full chapterDios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.