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13 y se le permitía llevar del palacio de las mujeres al palacio real todo lo que pidiera. 14 Iba al palacio real por la tarde, y a la mañana siguiente pasaba a otra sección del palacio de las mujeres, bajo el cuidado de Gai, hombre de confianza del rey y guardián de las mujeres; después ya no volvía a presentarse ante el rey, a menos que éste expresamente la mandara llamar.

15 Cuando a Ester, hija de Aminadab, tío de Mardoqueo, le tocó presentarse ante el rey, no descuidó ninguna de las instrucciones que le había dado Gai, hombre de confianza del rey y guardián de las mujeres. Para entonces, Ester se había ganado ya la simpatía de todos los que la trataban.

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