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11 [3h] Después vino el día, la hora y el momento en que estas dos suertes debían ser sacadas, cuando Dios iba a juzgar a todas las naciones. 12 [3i] Y Dios se acordó de su pueblo, de Israel, que es su propiedad, y le hizo justicia. 13 [3j] Por eso los israelitas celebrarán los días catorce y quince del mes de Adar reuniéndose con alegría y gozo delante de Dios. Y así se hará siempre, por todas las generaciones, en Israel, el pueblo de Dios.»

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