Ester 6
La Palabra (España)
III.— LA LIBERACIÓN (6,1—9,19)
El rey honra a Mardoqueo
6 Aquella noche, como el rey estaba desvelado, mando que le trajeran el libro de los anales de la historia nacional para que se lo leyesen. 2 En él encontraron escrito que Mardoqueo había delatado a Bigtán y Teres, dos eunucos de la guardia real, que habían planeado atentar contra el rey Asuero. 3 El rey preguntó:
— ¿Qué honor o reconocimiento se concedió a Mardoqueo por esto?
Los cortesanos a su servicio respondieron:
— No se le concedió ninguno.
4 Entonces el rey preguntó:
— ¿Quién está en el patio?
Amán acababa de entrar en el patio exterior del palacio para solicitar al rey que ordenara colgar a Mardoqueo en la horca que le estaba preparando.
5 Los cortesanos le respondieron:
— Es Amán el que está en el patio.
— ¡Hacedlo pasar! —ordenó el rey—.
6 Cuando Amán hubo entrado, el rey le preguntó:
— ¿Qué se puede hacer por una persona a quien el rey desea honrar?
Amán dijo para sí: “¿A quién va a querer el rey honrar sino a mí?”. 7 Así que respondió al rey:
— Para esa persona a la que el rey quiere honrar 8 habría que mandar traer vestiduras reales, de las que usa su majestad, un caballo de los que monta el rey, y un distintivo real para su cabeza. 9 La vestidura y el caballo se entregarían a uno de los más dignos funcionarios reales, para que él mismo vista a la persona a la que el rey quiere honrar; luego la paseará a caballo por la plaza de la ciudad, pregonando ante ella: “¡Así se agasaja a quien el rey quiere honrar!”.
10 Entonces dijo el rey a Amán:
— Vete de inmediato, toma las vestiduras y el caballo, como acabas de sugerir, y haz eso mismo con Mardoqueo, el judío que está sentado a la puerta del palacio real. No descuides ningún detalle de lo que has dicho.
11 Así pues, Amán tomó las vestiduras y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo paseó a caballo por la plaza de la ciudad, pregonando ante él: “¡Así se agasaja a quien el rey quiere honrar!”.
12 Después, mientras Mardoqueo volvía a la puerta real, Amán se dirigió a su casa entristecido y tapándose la cara. 13 Amán contó a Zeres, su mujer, y a todos sus amigos lo que había sucedido. Zeres y sus consejeros le dijeron:
— Si ese Mardoqueo, ante el cual estás empezando a caer, es de raza judía, no podrás vencerlo. Sin duda que acabarás fracasando.
Humillación y muerte de Amán
14 Aún estaban hablando con Amán, cuando llegaron los eunucos reales para acompañarle inmediatamente al banquete que ofrecía Ester.
Ester 6
Nueva Versión Internacional
Exaltación de Mardoqueo
6 Aquella noche el rey no podía dormir, entonces ordenó que trajeran las crónicas reales —la historia de su reino— y que se las leyeran. 2 Allí constaba que Mardoqueo había delatado a Bigtán y Teres, dos de los eunucos del rey, miembros de la guardia de la entrada, que habían tramado asesinar al rey Asuero.
3 —¿Qué honor o reconocimiento ha recibido Mardoqueo por esto? —preguntó el rey.
—No se ha hecho nada por él —respondieron sus ayudantes personales.
4 Amán acababa de entrar en el patio exterior del palacio para pedirle al rey que colgara a Mardoqueo en la horca que había mandado levantar para él. Así que el rey preguntó:
—¿Quién anda en el patio?
5 Sus ayudantes respondieron:
—El que anda en el patio es Amán.
—¡Que pase! —ordenó el rey.
6 Cuando entró Amán, el rey le preguntó:
—¿Cómo se debe tratar al hombre a quien el rey desea honrar?
Entonces Amán dijo para sí: «¿A quién va a querer honrar el rey sino a mí?». 7 Así que contestó:
—Para el hombre a quien el rey desea honrar, 8 que se mande traer una vestidura real que el rey haya usado y un caballo en el que haya montado y que lleve en la cabeza una corona real. 9 La vestidura y el caballo deberán entregarse a uno de los nobles más ilustres del rey, para que vista al hombre a quien el rey desea honrar, y que lo pasee a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: “¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!”.
10 —Ve de inmediato —dijo el rey a Amán—, toma la vestidura y el caballo, tal como lo has sugerido, y haz eso mismo con Mardoqueo, el judío que está sentado a la puerta del rey. No descuides ningún detalle de todo lo que has recomendado.
11 Así que Amán tomó la vestidura y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo llevó a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: «¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!».
12 Después Mardoqueo volvió a la puerta del rey. Pero Amán regresó triste y apurado a su casa, tapándose la cara. 13 Y contó a su esposa Zeres y a sus amigos todo lo que había sucedido.
Entonces sus consejeros y su esposa Zeres dijeron:
—Si Mardoqueo, ante quien has comenzado a caer, es de origen judío, no podrás contra él. ¡Sin duda acabarás siendo derrotado!
14 Mientras todavía estaban hablando con Amán, llegaron los eunucos del rey y lo llevaron de prisa al banquete ofrecido por Ester.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.