Add parallel Print Page Options

Cuando las sirvientas y los guardias de Ester fueron y le contaron lo que ocurría con Mardoqueo, ella se sintió profundamente perturbada y le mandó ropa para que se quitara el luto, pero él se negó. Entonces Ester mandó a buscar a Hatac, uno de los hombres de confianza del rey que había sido puesto a su servicio, y le dijo que fuera a preguntarle a Mardoqueo cuál era el problema y por qué estaba actuando de esa manera. Hatac salió a la plaza de la ciudad y encontró a Mardoqueo en las afueras del palacio.

Read full chapter