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porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para el exterminio(A), para la matanza y para la destrucción(B). Y si solo hubiéramos sido vendidos como esclavos o esclavas, hubiera permanecido callada, porque el mal no se podría comparar con el disgusto[a] del rey. Entonces el rey Asuero preguntó a[b] la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está el que pretende[c] hacer tal cosa? Y Ester respondió: ¡El adversario y enemigo es este malvado Amán(C)! Entonces Amán se sobrecogió de terror delante del rey y de la reina. Y dejando de beber vino[d], el rey se levantó lleno de furor(D) y salió al jardín del palacio(E); pero Amán se quedó para rogar por su vida a la reina Ester, porque vio que el mal había sido determinado contra él por el rey. Cuando el rey volvió del jardín del palacio al lugar donde estaban bebiendo vino[e], Amán se había dejado caer sobre el lecho(F) donde se hallaba Ester. Entonces el rey dijo: ¿Aún se atreve a hacer violencia a la reina estando yo en la casa? Al salir la palabra de la boca del rey, cubrieron el rostro a Amán. Entonces Harbona, uno de los eunucos que estaban delante del rey, dijo: He aquí precisamente, la horca[f] de cincuenta codos[g] de alto está en la casa de Amán, la cual había preparado Amán para Mardoqueo(G), quien había hablado bien en favor del rey(H). Y el rey dijo: Ahorcadlo en ella. 10 Colgaron, pues, a Amán en la horca[h] que había preparado para Mardoqueo(I), y se aplacó el furor del rey(J).

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Footnotes

  1. Ester 7:4 O, el enemigo no podría compensar el daño
  2. Ester 7:5 Lit., dijo y dijo a
  3. Ester 7:5 Lit., cuyo corazón se ha llenado para
  4. Ester 7:7 Lit., Y del banquete de vino
  5. Ester 7:8 Lit., a la casa del banquete de vino
  6. Ester 7:9 Lit., el árbol
  7. Ester 7:9 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
  8. Ester 7:10 Lit., el árbol

Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable.

Respondió el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para hacer esto? Ester dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina. Luego el rey se levantó del banquete, encendido en ira, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para suplicarle a la reina Ester por su vida; porque vio que estaba resuelto para él el mal de parte del rey. Después el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir el rey esta palabra, le cubrieron el rostro a Amán. Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella. 10 Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.

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