Add parallel Print Page Options

y dije: “Dios mío, estoy avergonzado y afrentado como para levantar mi cara a ti, oh Dios mío; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestras cabezas, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos. Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy hemos tenido gran culpabilidad, y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de otras tierras a la espada, al cautiverio, al saqueo y a una vergüenza total, como en este día. Y ahora, por un breve momento, se ha mostrado la misericordia del SEÑOR nuestro Dios al dejarnos sobrevivientes libres y al darnos un punto de apoyo en su lugar santo, para que nuestro Dios alumbre nuestros ojos y nos revitalice un poco en medio de nuestra servidumbre.

Read full chapter