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Darío aprueba la reconstrucción

Entonces el rey Darío dio órdenes para que se investigara en los archivos de Babilonia, los cuales estaban guardados en la tesorería. Sin embargo, fue en la fortaleza de Ecbatana, en la provincia de Media, donde se encontró un rollo que decía lo siguiente:

«Memorando:

»En el primer año del reinado del rey Ciro, se emitió un decreto en relación con el templo de Dios en Jerusalén.

»Que se reconstruya el templo con los cimientos originales en el sitio donde los judíos solían ofrecer sus sacrificios. Su altura será de veintisiete metros, y su anchura será de veintisiete metros.[a] A cada tres hileras de piedras especialmente preparadas, se les pondrá encima una capa de madera. Todos los gastos correrán por cuenta de la tesorería real. Además, las copas de oro y de plata que Nabucodonosor tomó del templo de Dios en Jerusalén y llevó a Babilonia serán devueltas a Jerusalén y colocadas nuevamente en el lugar que corresponden. Que sean devueltas al templo de Dios».

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Footnotes

  1. 6:3 En arameo Su altura será de 60 codos [90 pies], y su anchura será de 60 codos. La opinión general sostiene que este versículo debería modificarse, a fin de que diga: «Su altura será de 30 codos [13,8 metros o 45 pies], su largo será de 60 codos [27,6 metros o 90 pies] y su anchura será de 20 codos [9,2 metros o 30 pies]»; comparar 1 Re 6:2. La modificación con respecto al ancho tiene apoyo en la versión siríaca.

Entonces el rey Darío dio la orden de buscar en la casa de los archivos, donde guardaban los tesoros allí en Babilonia. Y fue hallado en Acmeta, en el palacio que está en la provincia de Media, un libro en el cual estaba escrito así: Memoria: En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura; y tres hileras de piedras grandes, y una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro del rey. Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan a su lugar, al templo que está en Jerusalén, y sean puestos en la casa de Dios.

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Decreto de Darío

Entonces el rey Darío ordenó que se investigara en los archivos donde se guardaban los tesoros de Babilonia. Y en el palacio de Ecbatana, en la provincia de Media, se encontró un rollo que contenía la siguiente memoria:

En el primer año de su reinado, el rey Ciro promulgó el siguiente edicto respecto al Templo de Dios en Jerusalén:

Que se echen los cimientos y se reconstruya el templo, para que en él se ofrezcan holocaustos. Tendrá sesenta codos[a] tanto de alto como de ancho, tres hileras de piedras grandes y una de madera. Todos los gastos serán sufragados por el tesoro real. Con respecto a los utensilios de oro y de plata que Nabucodonosor sacó del Templo de Jerusalén y llevó a Babilonia, que los devuelvan a Jerusalén y que se pongan en el templo de Dios, donde deben estar.

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Footnotes

  1. 6:3 Es decir, aprox. 27 m.